La presidenta argentina, Cristina Kirchner, llamó el miércoles en Brasilia a «terminar con el pillaje internacional en materia financiera», en declaraciones a militantes izquierdistas antes de participar de una cumbre de líderes sudamericanos con el bloque BRICS.
«Creemos que se debe terminar con esta suerte de pillaje internacional en materia financiera como hoy pretenden hacerlo contra la Argentina y como lo van a pretender hacer seguramente contra otros países del planeta», dijo Kirchner en declaraciones divulgadas por la agencia Télam y la Presidencia argentina.
La presidenta participa con todos los mandatarios sudamericanos de una cumbre en Brasilia con los líderes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica), que el martes aprobaron la creación de un banco de desarrollo del grupo para financiar infraestructura en naciones en desarrollo y un amplio acuerdo de reservas internacionales para asistirse ante eventuales crisis.
Ambas instituciones financieras del BRICS buscan constituirse en una alternativa al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, organismos donde reclaman más representación.
Kirchner elogió la iniciativa. «Van surgiendo cada vez instituciones que cuestionan precisamente este funcionamiento de los organismos multilaterales, que en lugar de dar soluciones no hacen más que complicar la vida de los pueblos».
«Estamos planteando un nuevo ordenamiento financiero global, no solamente justo y equitativo, sino que es imprescindible», dijo luego la mandataria en un discurso ante sus colegas de Sudamérica y del BRICS.
«Convocamos a todos los países (…) a aunar esfuerzos en esta verdadera cruzada de una nueva organización global en materia política, económica y financiera», insistió tras criticar al BM y al Banco Interamericano de Desarrollo, «que deberían ser bancos de fomento pero no lo son» y «se rigen por calificadoras de riesgo como si se tratara de bancos privados o de inversiones».
Argentina está amenazada por un default tras la decisión de un juez estadounidense que impide al país pagar a los acreedores que aceptaron la reestructuración de su deuda (93% del total) hasta que no pague también a fondos especulativos que no participaron en el acuerdo y a los que debe 1.330 millones de dólares.