Estados Unidos está sopesando imponer sanciones unilaterales a Rusia por sus medidas amenazantes contra Ucrania, un cambio de estrategia que refleja la frustración del gobierno del presidente Barack Obama ante la renuencia de Europa de tomar acciones más enérgicas contra Moscú, según funcionarios estadounidenses y europeos.
Hasta ahora, Washington ha insistido en golpear a Rusia con penalizaciones conjuntamente con Europa para maximizar el impacto y presentar un frente occidental unido. La Unión Europea tiene una relación económica mucho más fuerte con Rusia, lo cual hace que la participación del bloque de 28 naciones sea crucial para asegurar que los paquetes de sanciones tengan la fuerza y eficacia necesaria para disuadir al Kremlin.
Pero esos mismos vínculos económicos han hecho que Europa esté temerosa de que la aplicación de sanciones más duras contra Rusia pudiera revertirse y dañar sus propias economías. Los funcionarios dijeron que, después de semanas de inacción, Estados Unidos está ahora preparado para proseguir por sí solo si las autoridades de la UE no promulgan sanciones fuertes durante su reunión del miércoles en Bruselas.
Los funcionarios estadounidenses advirtieron que no se tomarían decisiones finales antes de la reunión europea y que el gobierno aún prefiere coordinar las sanciones con la UE. Los funcionarios insistieron en no ser identificados, ya que no están autorizados para tratar el asunto públicamente mencionando su nombre.
El deseo de la Casa Blanca de castigar a Rusia aun sin el respaldo europeo ocurre en momentos en que el gobierno de Obama enfrenta críticas de que sus repetidas advertencias sobre sanciones más duras no son más que amenazas huecas.
«En ocasiones estoy avergonzado por ustedes, ya que constantemente hablan sobre sanciones y sin embargo, francamente, nunca vemos que sean implementadas», dijo el senador republicano Bob Corker la semana pasada durante una audiencia de la cámara alta sobre Ucrania con funcionarios del gobierno.