La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, se sumó a miles de personas que recibieron este lunes a la selección argentina para mostrar su agradecimiento por la obtención del subcampeonato en el Mundial de Brasil-2014.
«Siento un profundo orgullo como presidenta de 40 millones de argentinos por cómo defendieron la camiseta: con orgullo, sacrificio… Cómo vencieron a la adversidad. La verdad es que fueron unos auténticos leones. Muchas, muchísimas gracias», dijo Kirchner con los jugadores en el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), cerca del aeropuerto adonde arribó la selección, 30 km al sur de Buenos Aires.
Como maestra de ceremonia y fanática futbolera, la presidenta abrazó a los jugadores, especialmente al ‘jefe’ Javier Mascherano y lanzó bromas a varios que se escondían como niños de escuela en la última fila para no ser obligados a hablar.
Al final tuvieron que decir unas palabras Lionel Messi, Sergio Romero y Ezequiel ‘Pocho’ Lavezzi. Los 23 hombres que representaron a la Albiceleste en el torneo llegaron al aeropuerto internacional que sirve a la capital en un avión de Aerolíneas Argentinas decorado con fotos de sus máximas figuras -Lionel Messi, Gonzalo Higuain y Sergio «Kun» Agüero- a las 10h45 locales (13h45 GMT).
Los rostros tristes, de frustración de los jugadores desentonaba con el júbilo de los fanáticos que les gritaban sin cesar «¡Gracias!»; «Nos llenaron de orgullo».
«Venimos a apoyar a la selección porque dieron todo por nosotros y se merecen nuestro apoyo. Anoche lloramos un montón pero igual fuimos a festejar, fue muy duro, un bajón (tristeza)», dijo a la AFP Matías Ruiz, un estudiante de 17 años que aguardó en la puerta de arribos para ver a sus ‘ídolos’, junto a su madrina y un grupo de amigos envueltos en banderas argentinas.
Afuera del aeropuerto al menos 500 personas desafiaron el frío y la niebla de la mañana para apiñarse contra las vallas desde donde vieron el aterrizaje del vuelo chárter que traía a la selección desde Rio de Janeiro.
Otros miles de fanáticos estaba agolpados en los costados en la autopista que lleva al predio de la AFA, ondeando banderas y con pancartas en gratitud a todo el seleccionado.
«Olé, olé, olé, cada día te quiero más/ Soy argentino, es un sentimiento/ no puedo parar…» cantaban la mayoría, vestidos con casacas albicelestes y resguardados por la policía.