La Fiesta de sonrisas benefició este sábado a más de 650 pequeños de 14 comunidades de Palavecino, quienes tuvieron una especial fiesta del Día del niño.
La Fundación Sonrisas para los Niños trabajó en esta gran iniciativa realizada en el Complejo Deportivo Maikel Janho, al Este de Barquisimeto, donde cientos de niños llegaron desde las ocho de la mañana para disfrutar de una jornada especial.
Un total de diez autobuses fueron habilitados para trasladar a los invitados desde Palavecino, a fin de disfrutar de la celebración que contó con juegos recreativos, música, actividades deportivas, una estación de payasos, el show del mago Gustavo Santeliz, obras teatrales, inflables, máquinas de bateo, pared de escalada, refrigerios y cotillones para el disfrute de todos.
Para atender a los niños, la fundación contó con 120 colaboradores, que este sábado se dividieron en 32 patrullas para representar a las diferentes selecciones que participaron en el Mundial de Fútbol Brasil 2014.
Ellos atendieron gustosos a los pequeños que disfrutaron de un día diferente.
Comprometidos
Juan Manuel Jiménez, presidente de la Fundación Sonrisas para los Niños, destacó que esta actividad nació tras el compromiso que han adquirido con diversas comunidades de Palavecino luego de tres años de labores.
“En diciembre del año pasado recaudamos dos mil regalos para los pequeños y fue bien alentador. Decidimos que estos momentos de alegría no podían ser sólo en Navidad”, dijo Jiménez.
Fue así como iniciaron visitas para brindar ayuda en las barriadas de Palavecino. “Quisimos comenzar a limpiar, recuperar canchas, que es lo que hemos hecho en Villa Esperanza, Los Mangos y Brisas del Señor, sólo por mencionar algunas”, dijo el representante de esta fundación conformada por jóvenes que hoy día centran su ayuda en Agua Viva.
Precisamente a esa parroquia esperan llevar en unos dos meses su cine de calle.
“Invadimos la comunidad en las noches, llevamos una película, pero antes damos charlas formativas. Los valores familiares y religiosos son nuestra bandera en cada encuentro”, contó Jiménez, haciendo énfasis en el lema de la Madre Teresa de Calcuta: “El que no vive para servir, no sirve para vivir”, que tomaron como premisa en sus labores.
