El propietario de un vehículo que requiera adquirir una batería nueva está condenado a llenarse de paciencia y disponer de al menos dos días y una noche de su tiempo para hacer efectiva la compra.
Todo se debe a que, de acuerdo a los fabricantes, el Gobierno Nacional continúa aplicando demoras en el otorgamiento de las divisas necesarias para la importación de las materias primas.
Se trata de un problema que data de hace varios meses y que, a pesar de los anuncios oficiales, no se ha resuelto, como puede constatarse en las dos principales distribuidoras de ese artículo que operan en Barquisimeto.
En la avenida Pedro León Torres funciona la de la firma Duncan, donde este viernes, aún cuando no había colas de dueños de vehículos, sí se pudo notar una considerable cantidad de ellos, esperanzados en salir de allí con su acumulador.
Pero en la avenida Divina Pastora, parroquia Unión, donde se ubica la distribuidora Titán, la situación no era nada agradable, con conductores con rostros soñolientos luego de haber pasado una noche sin dormir.
“Tenemos los ojos puyuos porque estamos aquí desde ayer para que nos dieran los números indispensables para poder comprar las baterías”, explicó uno de ellos.
Pero ya estaba cerca el mediodía del viernes y la cola de vehículos seguía siendo larga.
Explicaron que llegan en la tarde a hacer la cola y esperar a que les den un número, que no pueden perder pues es lo único que le garantiza un cupo para comprar el acumulador.
“Aquí hay que trasnocharse en la calle, sin vigilancia policial alguna, pendiente de quien pasa o quien llega, y no retirarse un minuto porque el que se va o se duerme pierde su cupo”, indicaron.
Señalaron que la empresa, a través de un funcionario policial, entrega 60 tickets diariamente, en la tarde, pero debe esperar al siguiente día para la compra.
Pero el uniformado, tan pronto entrega los números, desaparece, hasta el otro día, dejando a los conductores “a la buena de Dios”, sin protección alguna.
“Aquí tenemos que estar unidos, en grupo, porque si uno está solo lo pueden atracar y los malandros, si ven a varios hombres no se atreven”, explicó otro de los conductores.
Coincidieron en exigir a la policía establecer un patrullaje nocturno por la zona como medida de protección a los compradores de baterías en esa distribuidora.
Y a quienes la regentan, establecer otro método para la entrega.
Por otra parte, se conoció que a pesar de esos controles, en ambas distribuidoras de baterías están operando revendedores, incluso procedentes de otras entidades, que, no se sabe de qué manera, compran varias veces, presuntamente en complicidad con “alguien de adentro”.