Para la compra de gas doméstico, vecinos de Palavecino deben emprender un viacrucis y muchas veces hasta recorrer las tres parroquias en la búsqueda de un cilindro de gas doméstico.
De conseguirlo, que es un verdadero hallazgo, tienen que pasar horas en colas para adquirir el importante compuesto químico o dejar la bombona y pasar varios días después.
Algunos expendedores aseguraron que no hay escasez, ni tampoco problemas en las rutas de despacho, sino que hay un gran déficit en los cilindros lo cual entorpece el sistema de distribución.
Negocio redondo
Un expendedor que pidió el anonimato para no perder el estante comunal, destacó que “el gran negocio lo tienen los camiones distribuidores, dado que dejan 50 cilindros de 10 kilogramos a 15 bolívares cada uno, para ser vendida en 30, cuando el valor regulado es de 3,70.
Comentó que mientras a ellos solo le despachan semanal o cada 15 días 50 cilindros, “descaradamente el camión se para frente a los estantes comunales y bajan la misma cantidad de bombonas a los revendedores que llegan en camiones 350 o camionetas pick up, quienes pagan una buena cantidad por el cargamento para distribuirlas en 100 ó 120 bolívares, aprovechándose de la escasez.”.
Dijo que la irregular situación era del perfecto conocimiento de las autoridades, “pero que nada hacen al respecto porque también pescan una buena suma del negocio redondo”.
Otro expendedor de gas en Agua Viva, manifestó que los cilindros que se distribuyen en Palavecino, no se dan abasto para cubrir la demanda del gas, más cuando el consumo ha ido creciendo con el paso de los años y que no se ha visto el incremento de la producción de recipientes.
Aseveró que ese escenario trae como consecuencia que cada vez sea más difícil conseguir en los establecimientos el componente químico de uso doméstico.
Agregó que en su local venden solo los días lunes y miércoles y que un aproximado de 300 personas de esa parroquia y de zonas aledañas, llegan a tempranas horas de la mañana para poder comprar su bombona.
Un largo periplo
EL IMPULSO efectuó este viernes un largo peregrinaje por todo el municipio para tratar de conseguir una bombona, aunque no fue infructuoso, notamos que la mayoría de los estantes o casas de distribución, trabajan con encargos y hasta con una lista de clientes.
Lorenzo Vargas, vecino de El Tamarindo, contó la enorme travesía que debe realizar para conseguir una bombona de gas: “Antes recorría todas las parroquias e iba preguntando hasta que en Cabudare conseguí un sitio que trabajan con un listado de clientes; vas dejas el dinero y vuelves a los tres o cinco días”, relató.