Este jueves, la sede comercial de Corpoelec en Palavecino, amaneció forrada de pancartas aludiendo mejoras reivindicativas y atención patronal.
En las vidrieras del edificio de la Corporación Eléctrica, los usuarios leían con estupor que los empleados tienen tres años sin dotación de uniformes y equipos de seguridad.
También se puede leer que no tienen unidades para atender las emergencias, ni realizar el mantenimiento de las redes eléctricas residenciales. No tienen insumos y los equipos de trabajo se deterioraron por el tiempo sin reposición.
Algunas pancartas colocadas en los alrededores de la sede comercial de Cabudare esbozan: “Que el pueblo se entere que están acabando con la empresa”.
Pero los mensajes colocados por los trabajadores eléctricos dentro y fuera del edificio sede de Corpoelec, expresan el drama que atraviesan día a día: “Nos cansamos de hacer la vaca para comprar material o para cargar de gasolina nuestras unidades y salir a trabajar”.
Simples promesas
Los trabajadores, quienes se mostraron temerosos de declarar por temor a represalias, indicaron que decretaron la Hora Cero, toda vez les adeudan pasivos laborales de la contratación colectiva.
“No nos han cancelado el aumento salarial de 8% anual entre 2011 y 2014”, destacaron.
Apuntaron que todos los presidentes de Corpoelec han ofrecido cancelar las deudas pero “son removidos y el que viene vuelve a ofrecer y así sucesivamente mientras pasan los años y seguimos peor que antes”.
El sindicato de trabajadores eléctricos ha emprendido esa protesta pacífica en reclamo de los pasivos laborales, medidas para revertir las malas condiciones de seguridad e higiene industrial y la discusión del contrato colectivo 2014-2016, conflicto introducido en el Ministerio del Trabajo en mayo pasado.
Extremas condiciones de trabajo
EL IMPULSO abordó a varios trabajadores para confirmar las denuncias apuntadas en las pancartas y pintas de la sede de Corpoelec-Palavecino.
“No tenemos botas, no tenemos lentes, no tenemos guantes, no tenemos ni teipe siquiera. Imagínense entonces en qué condiciones trabajamos”, recalcaron.
Más de 20 unidades permanecen paradas en el estacionamiento por falta de frenos, cauchos, baterías y otros repuestos.
Acotaron que muchos dirigentes sindicales han recibido llamadas telefónicas de personas que se identifican como funcionarios de Inteligencia militar para intimidar y amenazar a quienes reclamen reivindicaciones.