El deterioro de la industria se viene produciendo desde el 2009 y en estos momentos las plantas están trabajando solo a un 40% de su capacidad, de acuerdo con la información dada a conocer por los propios trabajadores, quienes denuncian que son despedidos cuando hacen públicos estos señalamientos.
Eulises Rodríguez, trabajador de la empresa indicó que siempre salen los voceros del gobierno a decir que las empresas marchan con total normalidad, pero los usuarios saben que tienen que pagar 100, 200 y hasta 300 bolívares por un saco de cemento.
-De acuerdo con la información que tenemos de nuestros propios compañeros, la producción de estas empresas está en estos momentos en un 40% y cada día sigue bajando, lo que ha obligado al gobierno a traer clinker de Perú y Jamaica-.
Marcela Máspero, Coordinadora de la Unión Nacional de Trabajadores, fustigólo que viene ocurriendo en la industria cementera nacional.
-En el caso de Venezolana de Cementos hay un coronel que está al frente de esta empresa, que salió con las tablas en la cabeza de Sidor, el coronel Basilio Labrador, que está persiguiendo a los trabajadores a quienes pretende convertir en milicianos y darles órdenes, mientras no se sabe nada absolutamente del mantenimiento de las plantas que cada día van en deterioro y nadie sabe a dónde va el cemento, porque la propia empresa vende el producto por encima del precio regulado, tenemos las pruebas y lo que se dedica es a perseguir a los trabajadores que luchan por los derechos y reivindicaciones-, afirmó Maspero.
Denunció que los trabajadores de distintas empresas del Estado están siendo perseguidos por el SEBIN, advirtiendo que “llegó la hora de que la clase obrera asuma el papel que le corresponde, y en este sentido vamos a desenmascarar el show que pretenden montar con el contrato marco de la administración pública, que no tiene ninguna reivindicación económica y social, sino que establece bonificaciones especiales para quienes participen en las milicias obreras o inducir al trabajo voluntario, que de esa manera, ya no es voluntario”.
Los trabajadores cementeros convocaron para una movilización en la ciudad de Valencia, el próximo 23 de julio y de no cumplirse sus exigencias, llamarán a un paro nacional.
