Todos los años por los meses de noviembre y enero, me he interesado en leer los análisis de expertos y de no expertos de la planificación y las proyecciones de la economía de mi país, de tal manera de adaptar mi quehacer, con el sueldo mínimo, en la administración de ese futuro mercado.
No soy economista, como lo he escrito en otras oportunidades y si no me equivoco por allá en el 2011 los planificadores o el planificador de la economía nacional informaba que el Producto Interno Bruto tenía garantizado su crecimiento, que los índices de pobreza bajarían, el empleo aumentaría y la economía se dinamizaría, pero tengo que reconocer que lo acepté con estos términos y repito, todavía no tengo claro muchos términos manejados por los economistas y por eso creí que el Producto Interno Bruto iba a crecer al año siguiente. Era algo así como: mayor brutalidad en el trato a los ciudadanos detenidos por cualquier causa, en el trato a los ciudadanos que, trabajando, se desplazan por las carreteras, en la toma de propiedades por parte de funcionarios del Estado, en el trato con los ciudadanos que manifiestan inconformidad en la prestación de los servicios públicos, en el ejercicio de sus derechos como ciudadanos y otros. ¡Miren que no me equivoque!, pero en igualdad de condiciones bajó el índice de pobreza y a lo mejor sigue bajando, porque hoy los mercados están pobres de todos los productos básicos de alimentación, de mantenimiento de viviendas, de vehículos y ya nuestra pobreza llega a tal, que se define con la repuesta de “no hay”.
Ser bruto no es en contraposición a ser inteligente y considero que un inteligente con un alto nivel de brutalidad en el ejercicio de su trabajo, puede ser algo así como: ordenar una investigación pertinente y realizar un allanamiento aplicando excesiva violencia es decir, que a lo mejor o en símil, quien afirmó que para los años siguientes iba a crecer el Producto Interno Bruto y bajaría la pobreza, es inteligente y pensó que el barril de petróleo iba a tener un precio por arriba de 200 dólares y que las propiedades privadas expropiadas por arte de magia iban a comenzar a producir lo que el venezolano necesita para vivir bien con pocos ingresos.
Este artículo viene a mi mente hoy, cuando se está analizando el dime y direte de la planificación de 15 años atrás del manejo económico del país y sin ser economista por el camino por donde vamos sólo aspiro a no volver a las alpargatas, al papel periódico como producto de aseo personal.
En estas reflexiones en positivo aspiro a que se haga un análisis inteligente y una aplicación acertada en la conducción del camino al progreso y del bienestar de mi país, su país inmensamente rico para que sea bien administrado.
Si hubiese un diálogo sincero, verdadero, donde todos piensen en el país, otro gallo cantaría, es decir, armoniosamente, actuando de la mejor manera para hacer funcionar la sinfonía de la fraternidad, en busca del camino donde no se destruya mas y se aumente la capacidad de mantener lo ya producido.
Es urgente buscar las coincidencias, la unión, bajar los enfrentamientos y el discurso violento, vender una buena alternativa para tener éxito contra los desaciertos, cambiar el mensaje violento por un mensaje de estimulo con marcadas diferencias que coincidan en las soluciones que nos beneficien a todos y sean parte de la prosperidad.
Unidos todos por el éxito y el crecimiento de la familia ganadera (Fedenaga)
[email protected]
@JGmendozabargto
