Con las manos milagrosas de Sergio ‘Chiquito’ Romero, Argentina se clasificó para la final del Mundial al superar a Holanda en la tanda de penales por 4-2, en Sao Paulo tras empatar sin goles, y jugará por el título el domingo en Maracaná ante Alemania.
Romero, muy cuestionado antes del Mundial, paró los lanzamientos de Ron Vlaar y Wesley Sneijder dando la clasificación para la final a la Albiceleste, que vuelve a una final de la competición desde 1990, cuando perdió precisamente con los germanos.
“Es una gran alegría, un partido muy difícil, muy cerrado. Estoy contento, llegamos a la final, a ver qué podemos hacer con un día menos de descanso y con suplementario. Lo daremos todo. Humildad, trabajo y vamos a dar el 100 por ciento para ver si ganamos”, dijo el técnico Alejandro Sabella tras la infartante definición. La Albiceleste jugará su quinta final y buscará el tricampeonato tras los títulos de 1978 y 1986, donde también había enfrentado a Alemania. Holanda volvió a quedarse con otra gran frustración, con dos semifinales perdidas y tres finales sin éxito.
Tras el festival de fútbol de Alemania y su paliza 7-1 sobre Brasil en la primera semifinal el martes, argentinos y holandeses jugaron una verdadera partida de ajedrez con mucha cautela de ambos lados y casi ninguna ocasión de gol ante 63.267 espectadores que coparon el estadio Arena Corinthians en una noche invernal y por momentos lluviosa.
Fue la quinta vez desde Alemania-74 que Argentina-Holanda se vieron las caras en una Copa del Mundo, incluyendo la final de Argentina-78 y los cuartos de final de Francia-98 donde se impusieron los naranjas. Mientras la Albiceleste venía de ganarle 1-0 a Bélgica en cuartos de final, Holanda había sufrido hasta los penales para derrotar 4-3 a Costa Rica tras igualar sin goles en los 120 minutos.
Sorprende Van Gaal
Tras 24 años de espera para jugar una semifinal mundialista, Argentina sabía que se encontraba ante una gran ocasión de reverdecer laureles, aunque para ello debía vencer a la actual subcampeona, con sed de venganza por su derrota con España en Sudáfrica-2010.
La baja de Ángel Di María, pieza fundamental en el andamiaje ofensivo albiceleste, obligó a Sabella a mover fichas y el entrenador se la jugó por Enzo Pérez, volante del Benfica de Portugal al que había dirigido en Argentina. La otra variante fue el regreso del lateral izquierdo de Marcos Rojo en lugar de José Basanta, tras haber cumplido su fecha de suspensión por acumulación de tarjetas amarillas.
De su lado, Louis Van Gaal sorprendió de entrada con la inclusión de Nigel de Jong, el volante declarado fuera del Mundial tras salir lesionado al inicio del choque con México en octavos de final y que se recuperó “milagrosamente” para jugar algo más de 60 minutos hasta ser reemplazado por Jordy Clasie.
Como si fuese una partida de ajedrez, los dos equipos arrancaron estudiando minuciosamente cada movimiento del rival y hubo que esperar al cuarto de hora y un tiro libre peligroso de Messi en la medialuna que contuvo muy bien Jasper Cillessen para ver peligro.
Enzo Pérez por la derecha se mostraba como salida en Argentina, lo que sumado a las subidas de Pablo Zabaleta y los movimientos de Gonzalo Higuaín por ese sector complicaban a los europeos.
Pero no alcanzaba para generar riesgo en el área rival con un Messi muy marcado por el mediocampo holandés, y la primera parte se fue de a poco sin emociones y hasta con algunos silbidos que se oyeron en las tribunas.
Mascherano salva ante Robben
El partido continuó en la misma tónica en el complemento, aunque con Holanda más adelantada y un Robben más activo, que provocó una rápida amarilla a Martín Demichelis.
Argentina, sin la pelota, estaba agazapada y a la espera de una contra rápida de Messi, como si los roles se hubiesen invertido.
Van Gaal metió a Daryl Janmaat por el amonestado Bruno Martins Indi y luego a Clasie por De Jong, pero las jugadas de gol brillaban por su ausencia y a los 30 minutos se seguía contabilizando un solo disparo entre los tres palos, aquel lejano tiro libre de Messi.
El final de los 90 llegó con Holanda atacando y en el último minuto Mascherano salvó de manera providencial un tiro de Robben dentro del área chica que tenía destino de gol.
Van Gaal y Sabella quemaron su último cambio en la primera parte del alargue, con Klaas Huntelaar por Robin Van Persie y Maxi Rodríguez por Ezequiel Lavezzi, pero el partido se fue a los penales a pesar de una gran ocasión de Palacio que definió mal solo ante Cillessen.