Habilidad en Lionel Messi. Tenacidad en Arjen Robben. Son virtudes salientes para esos delanteros que representan las cartas de gol cuando Argentina y Holanda se enfrenten el miércoles por el pase a la final de la Copa del Mundo.
Cuatro veces seguidas elegido el mejor jugador del mundo, Messi atesora cuatro goles y Robben tres, pero aún aun sin convertir dan pases o arrastran marcas para que otros lo hagan.
Claro que entre Messi y Robben tiene siete goles, exactamente los que encajó Alemania a Brasil, para ser finalista de la Copa Mundial y enfrentar al vencedor de Argentina-Holanda, el domingo en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
Fuera del contexto del Mundial, Messi exhibió en su rica historia cualidades superlativas con respecto Robben. Pero inmersos en esta fiesta universal, el argentino apenas le sacaría unos centímetros de ventaja.
«Es el mejor de Holanda», elogió a Robben el técnico de Argentina, Alejandro Sabella, antes de zanjar cualquier comparación posible: «Pero Messi es el mejor de todos».
Messi es la cabeza visible de un ataque argentino que se complementa con Gonzalo Higuaín y Ezequiel Lavezzi, con dos medios como Javier Mascherano y Lucas Biglia, quien en el último partido ante Bélgica se adueñó del mediocampo.