Arzobispos y obispos instalaron este lunes en la ciudad de Caracas, la centésima segunda asamblea ordinaria de la Conferencia Episcopal Venezolana, con el objetivo de reflexionar por varios días, sobre la actual situación que atraviesa nuestro país.
El presidente del organismo religioso, monseñor Diego Padrón, en su discurso de iniciación afirmó que el panorama nacional en la actualidad es sumamente delicado y por esto «Venezuela reclama un cambio urgente en todos los órdenes».
«Da tristeza ver el progresivo deterioro de las instituciones y de la convivencia entre los ciudadanos. Se ha perdido la confianza mutua. La imagen que sobresale ya no es la del abrazo de hermanos. La nota más resaltante es la división interna de los sectores mayoritarios. El país se ha convertido en un rompecabezas difícil de armar», sentenció.
El también arzobispo de Cumaná, acompañado por su eminencia cardenal Jorge Urosa, el nuncio apostólico Aldo Giordano y demás miembros de la directiva de la CEV, puntualizó que actualmente en el país 9 millones de venezolanos viven en situación de pobreza extrema y por otra parte lamentó que el diálogo entre Gobierno y oposición no haya rendido frutos.
«Con el diálogo iniciado entre Gobierno y oposición se esperaba encontrar caminos comunes para la superación de la conflictividad y la ingobernabilidad. Pero sucedió lo que también muchos esperaban. El diálogo no fue más que una simple contingencia sin proyección ni consecuencias», dijo.
Invitó al jefe del Estado, Nicolás Maduro, para que aplique todos los correctivos necesarios para combatir frontalmente la corrupción.
«A nivel ético, la corrupción es el peor enemigo de la sociedad, de la economía y de la justicia. La Ley Habilitante en manos del presidente de la República debería ser un instrumento eficaz contra la corrupción o el nepotismo», sostuvo.
A pesar de la situación del país, Padrón indicó que no se puede perder la fe y la esperanza, debido al potencial humano que hace vida y se desarrolla internamente.
«A pesar de los males que nos hostigan internamente, nadie puede negar que Venezuela es una nación con grandes recursos humanos de talento y valores morales, con una juventud que en su mayoría lucha denodadamente por construir y construirse un futuro de calidad», resaltó.
Finalmente el alto prelado expresó que los venezolanos deben derrotar el pesimismo, la idea de un colapso y levantar la esperanza, «ya que somos un pueblo creyente de mayoría católica».
«Invocamos la fe de nuestro pueblo. No nos guiamos por una visión mágico-religiosa de la realidad sino que como el doctor José Gregorio Hernández, descubrimos que no hay contradicción entre la fe y la razón sino que la fe ilumina la razón. Pongamos todo nuestro esfuerzo, desde los más diversos ángulos, por sacar el país hacia adelante y contemos con el apoyo divino».
Violación sistemática a Derechos Humanos
Monseñor Diego Padrón criticó que los últimos meses se hayan caracterizado por una violación continua de los derechos humanos y la Constitución.
«Con testigos provenientes del medio estudiantil, político y del pueblo en general se evidencia que en Venezuela no se respetan los derechos humanos y que la Constitución Nacional y las leyes no son la última palabra en la administración de la justicia, sino la discrecionalidad de jueces y funcionarios y sus intereses por mantener el poder, los privilegios y el control político de la situación», puntualizó.
También dijo que los reiterados anuncios de intento de magnicidio y de golpe de Estado «son de escasa credibilidad y solo contribuyen a crear incertidumbre y a justificar la persecución política».