Como parte de «un laboratorio de guerra para amedrentar», describió el abogado Hernando Garzón, su experiencia de 90 días preso tras haber defendido a estudiantes procesados en el marco de las protestas de oposición.
Una vez recibida una medida cautelar que le permitirá ser juzgado en libertad, el también secretario juvenil nacional de Primero Justicia condenó al Poder Judicial por seguir directrices políticas.
“El sistema judicial venezolano en este momento está podrido, ya que no ofrece respuestas ni a las víctimas, ni a la población con respecto al castigo que debe existir a quien comete un crimen”, manifestó durante una rueda de prensa en Caracas, a la que asistió acompañado de su colega y esposa, Sandra Flores.
Garzón y Flores fueron acusados de cometer delitos relacionados con supuesto terrorismo, y después de pasar el proceso de investigación privados de libertad en una comandancia rural de la policía del estado Barinas, fueron liberados hace 5 días con prohibición de salida del país, régimen de presentación cada 15 días y prohibición de participar en protestas.
El activista consideró que en su estadía tras las rejas prevaleció “un laboratorio de guerra de cuarta generación para amedrentar a las familias venezolanas, que de una manera u otra dan la cara por el pueblo venezolano buscando un cambio en sus comunidades, a nivel nacional, regional, municipal y parroquial”, expresó.