Arquidiocesana 06-07-14

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VENGAN A MI …  

“Vengan a mi los que están cansados y agobiados…” Es ésta una invitación de nuestro Señor Jesucristo a la humanidad entera.

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Por cuanto el hombre hoy vive algunas veces, en una soledad desesperante, en medio de multitudes. El ser humano, en ocasiones es un naufrago en la solitaria isla de su vacio y frustración, o un ser perdido en el desierto de su historia, sin saber a dónde va, sin esperanza. Algunas veces ya no le satisface ni el dinero, ni el sexo, ni el poder.

Es un poco lo que Roquetin en “las nauseas”, manifiesta, cuando sin fe encuentra las cosas más bellas: nauseabundas, desagradables, sin ninguna significación, molestas. El hombre se condena a la desesperación, afirma Sartre, precisamente por pretender tomarse en serio y tomar el mundo en serio. Y lo mas delicado de esto es que estén sin sentido existencial algunos jóvenes y adultos, y expresan que no necesitaban ninguna aspiración o superación de si mismos, que aceptan al mundo con sus penas e injusticias, con toda absurdidad; y precisamente muchas veces matan, se alcoholizan, se drogan para tratar de probar su emancipación de todos los buenos principios y sentirse libres. Y lo asombroso es que muchos de estos recibieron una aparente formación religiosa. Dicen, hemos nacido sin que se nos haya consultado y debemos morir aunque no nos guste, ni se nos pida permiso.

La desgracia del hombre es irremediable, no puede vencer ni la humillación ni la muerte. La vida se convierte en un callejón sin salida. La única venganza frente a un destino irreversible, no puede ser otra si no la rebelión contra todo.

De esta manera algunos piensan, incluso, que el cristianismo ha sido superado; ya vivimos en el pos cristianismo. Es más, hay quienes celebran la muerte de Dios.

Por otra parte comprueban que el marxismo comunista, colapsó, reconocen su despotismo, su fracaso económico, su parcialidad. Se sienten engañados, equivocados y lo más grave es que esa decisión no vino de la base, ni se les consultó tampoco. Un día, sin avisarle a nadie se cayó el muro de Berlín. De ahora en adelante los que militaban en ese sistema caído, creen en la economía del mercado, la propiedad privada y hasta dicen que Dios existe, es decir que Dios no ha muerto. Bueno, esto es el fin del mundo para muchos. Ahora si es verdad que llegó el absurdo pleno. Sin embargo, el mundo no se acaba, ni tampoco la historia, ella sigue.

Así, los revolucionarios de Malraux, que discuten noches enteras sobre el sentido del arte y de la vida, aparecen entonces como ingenuos y desconcertados.

Camus, explica: se nace, se come, se engendra, se muere sin ninguna explicación. Solo hay un problema filosófico serio, el suicidio. Existe el deber y el derecho de revelarse contra todos los Calígula-Hitler-Stalin-religión. Pero por mantenerse en esa rebeldía, hay que seguir viviendo.

Ellos dicen que les decepciona el comprobar que muchos de los que dicen creer viven aterrados por la muerte, y no les entusiasma demasiado la vida eterna.

En fin, esta angustia, este vacio, aquella amarga soledad, esa tristeza profunda, ese no creer en Dios que en muchas ocasiones embarga al hombre de hoy, nos dice el Concilio Vaticano II, en la Constitución “Gozo y Esperanza 19” puede tener su causa entre otras, como en la debilidad humana, “en una imposición inadecuada de la Doctrina” quizás en una enseñanza religiosa sin profundidad, sin pedagogía, no actualizada, sin convicción, sin relación con la vida o también en una fe de coacción apoyada solo en el miedo, en el castigo, en una postura negativa, sin una exposición positiva y constructiva.

Pueden también influir, insiste el Concilio, los mismos creyentes con los defectos de su vida religiosa, moral y social, quizás entre una separación entre vida y fe, ya que a veces se es una cosa en el templo, una en el hogar y otra en el trabajo; se predica amor pero se odia, se enseña justicia pero se es injusto, se habla de relaciones humanas y se dan charlas al respecto pero en la práctica se es lo mas anti social posible; o sencillamente se fue victima de ideologías de un lado o del otro que envenenaron a tantos, les quitaron la fe, la amabilidad, la alegría, la esperanza, la solidaridad.

Pero como de alguna manera sufrimos, de algo de todo esto. Cristo, nuestro divino; maestro, nuestro guía y salvador nos invitan a volver a El. Sinceramente a buscarlo bien y a encontrarlo tal cual es. A centrarnos en El, a luchar sin desesperación, a fortalecernos desde la plegaria, los sacramentos, la palabra de Dios y la acción inteligente, eficaz y buena; seguros de que el bien es y será siempre mas fuerte que el mal.

Por eso Él nos ofrece verdad y plenitud, en medio de tantas mentiras, hipocresía, vacios, angustia, politiquería, miseria, pero también en medio de un liderazgo nuevo que proyecte honestidad y justicia; a través de esa paradoja Él nos dice: “Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviare”, solo el verdadero Dios es garantía de desarrollo, libertad, justicia y fraternidad.

Volvámonos a El con sinceridad y podremos vencer la soledad y la angustia porque El quiere que tengamos “Vida y vida en abundancia”

Mons. Antonio José López Castillo

Arzobispo de Barquisimeto

 Santo Padre

Católicos, judíos y musulmanes firmaron declaración de paz

Siguiendo las huellas del papa Francisco, se comprometieron a seguir construyendo de manera conjunta caminos de paz y reconciliación

Roma, 03 de julio de 2014 (Zenit.org)

«… el Santo Padre, ha querido hacer desde Roma un gesto de reconciliación entre dos enemigos que hoy en día parecen irreconciliables, Israel y Palestina. Imitando ese gesto se ha unido la comunidad en un momento de oración para pedir por la paz de todo el mundo, pero de manera especial por la paz en Colombia».

Durante este histórico encuentro se tuvo momentos de oración, canto. Finalmente se cerró con la firma y proclamación de la declaración interreligiosa, por parte de las tres comunidades.

Evangelio

Mateo (9,18-26): En aquel tiempo, se acercó un personaje ante Jesús y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.» Jesús lo siguió. Llegó a casa del personaje y dijo: «La niña no está muerta, está dormida.» Se reían de él, entró, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

 

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