Por la puerta del sol – Regreso al camino

Hoy que regreso al grato oficio de la palabra escrita, vengo con la mejor voluntad, con los tendones de las manos vigorizados,  el alma retemplada, las neuronas ejercitadas, ocupadas, activas; la cometa de mis ideas busca arriba, se eleva, se eleva y entre más sube pide más hilo, más hilo, carretel, más carretel.
Vengo lista a seguir en la pelea por la paz, la justicia y la libertad, traigo anclas lustrosas para los viejos veleros, panales de dulzura, amargo del acíbar, suaves y aromáticos pétalos, espinas y clavos, suave voz y gritos de batalla, igual que espadas y machetes envueltos en palabras afiladas, he regresado con mejor luz en mis ojos, un poco de alquimia en la mirada, arando como siempre mi humilde huerto con los únicos bueyes que poseo…
No existe mejor momento para mí que el de regresar, encontrar la puerta abierta del IMPULSO, entrar con la inspiración fluyendo por mis venas y en sublime encanto echar a volar el pensamiento, la imaginación, entretener, compartir y tocar de vez en cuando el corazón de quien me lee.
Me uno de nuevo a la arcilla de esta tierra bendecida, uncida a la estrella que me asiste y no me falla, me uno al corazón de los que aman esta patria y la defienden, a quienes luchan por rescatar la luz de la libertad que poco a poco va siendo abolida, me uno al bravo pueblo que este sábado celebra un año más del día de la firma del Acta de la independencia, que hoy la tiranía de los propios hijos de la patria, buscan aplastar en aras de sus desenfrenados odios y ambiciones. Me uno a ese pueblo que se niega a aceptar que le quiten las auroras donde eterna la libertad fulgura.
Contenta regreso al camino no sin antes agradecer a la linda gente de la sala de Redacción de este diario, agradezco igualmente a Dios por sus bendiciones, a la doctora Zully de Rojas, las atenciones de mis hijos, familia, amigos y lectores que estuvieron atentos a mi recuperación.
Me sobró el tiempo para compartir, pensar, ejercitar la mente, meditar, imaginar, soñar y rezar.
Aprendí que ver, oír, palpar, mirar es apenas una sombra de cuanto existe, la confirmación de la presencia de una esencia divina que pone ante nuestros ojos su amor e innúmeras creaciones.
Tuve bastante tiempo para pensar sobre todo en los años que inexorablemente nos caen como lluvia pertinaz de invierno. Pensé mucho en esos personajes que se pasan la vida quejándose, hundidos en sus caprichos, que no sonríen, no hablan, no se comunican, se enclaustran y aíslan, sin disfrutar de la belleza y alegría del mundo que allá fuera invita a vivir como natura que no se cansa de dar sombra, bellezas  y pan al hombre o como el sol y la luna que siendo tan viejos todavía nos regalan su luz, su belleza y su calor.
El retiro es algo fundamental y necesario para vivir, la vida no se acaba porque llegamos a la etapa de la calma, del descanso, del retiro. Como bien lo dijera García Márquez: No se deja de querer porque se llega a viejo, se llega a viejo cuando se deja de querer, solo es viejo quien pierde la esperanza.
Es mejor curar la herida que hurgarla, recordar momentos gratos que llenar la vida de rencores, reír más, enfurecerse menos, que pese más el amor sobre el corazón que la molestia del odio, es preferible enfrentar que renunciar, dejar la prisa, aprender a esperar, antes que el arma de la violencia es preferible elegir el olivo de la paz.
La vida es la victoria de la existencia, es el sonido de una sinfonía maravillosa que se puede escuchar y disfrutar como se disfruta un paisaje con los ojos del alma y los ojos del rostro.
Feliz día larenses

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