El diario venezolano El Universal, el de mayor trayectoria en el país, anunció este sábado la venta parcial de sus acciones a una firma española y se comprometió a mantener la línea editorial.
«A partir de hoy (sábado) la firma española de inversiones Epalisticia se incorpora al diario bajo la presidencia del ingeniero Jesús Abreu Anselmi», dice la nota publicada como portada del impreso con 105 años de fundación.
Epalisticia se define en su portal web como una firma de inversión centrada en «capitales de riesgo» en Europa y América Latina, con sede en Madrid, España, y dedicada a las industrias petrolera, de energías renovables, medios de comunicación y bienes raíces.
Abreu Anselmi, hermano del maestro José Antonio Abreu, el padre del Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, pasará con el traspaso accionario a presidir El Universal, y su editor desde 1994 Andrés Mata Osorio seguirá «estrechamente vinculado» a la orientación estratégica del periódico, dice la nota.
En el último año, distintos medios de comunicación privados críticos al gobierno del presidente Nicolás Maduro han sido vendidos e inmediatamente han reorientado sus líneas editoriales.
La oposición ha acusado al gobierno de utilizar recursos públicos para la compra de televisoras como Globovisión, principal ventana opositora que fue vendida hace más de un año y que posteriormente experimentó un cambio en su política informativa que devino en la renuncia de al menos una decena de periodistas.
Luego de meses de rumores, se informó oficialmente el viernes de la venta de El Universal. En una reunión con los más de 120 periodistas, quienes manifestaron su preocupación con la venta, Abreu Anselmi aseguró que los nuevos accionistas «no tienen ninguna vinculación con el gobierno» y que «la línea editorial del medio no será cambiada», escribió el rotativo en su cuenta de Twitter.
Este sábado, la nota publicada agrega que El Universal «sigue siendo el mismo», que continuarán dando espacio a las distintas tendencias y que su solvencia económica garantizaría su imparcialidad «al margen de la presión de los partidos o de alguna personalidad».