Los actores Robin Williams y Shia LaBeouf se están sometiendo a tratamientos para controlar sus adicciones, informó hoy TMZ. Williams, según el medio, ha ingresado en un centro de rehabilitación y LaBeouf recibe ayuda contra el alcoholismo.
El veterano Robin Williams, ganador de un Oscar por «El indomable Will Hunting», tiene un largo historial de abuso de cocaína y alcohol, que comenzó a principios de la década de 1980. Aunque mantuvo controlada su adicción durante dos décadas, recayó en 2006 y fue internado en un centro de rehabilitación.
Según su representante, Williams optó esta vez por recurrir a ayuda profesional nuevamente como medida de precaución, pero no habló de recaída. «Después de trabajar sin descanso en varios proyectos, Robin simplemente se está dando la oportunidad de centrarse en su compromiso continuado, del que está extremadamente orgulloso», relató su portavoz. Williams pasará varias semanas en el Hazelden Addiction Treatment Center de Lindstrom, en Minnesota.
LaBeouf, en contra de los rumores de que también había ingresado en un centro de rehabilitación, optó por buscar una solución diferente para su adicción al alcohol. Su representante informó de que el comportamiento extraño del intérprete de los últimos meses fue un síntoma de que tenía un problema de salud importante. El actor fue fotografiado recientemente con un manual de la asociación «Alcohólicos Anónimos» y TMZ publicó que LaBeouf estaba recibiendo un tratamiento contra el alcoholismo. «Ha dado el primero de los muchos pasos necesarios para recuperarse», indicó su representante.
LaBeouf fue detenido la semana pasada en Nueva York después de comportarse indebidamente en un musical, donde profirió gritos contra los actores e insultó y escupió a un policía. El actor fue grabado ese mismo día buscando pelea a la salida de un local nocturno en esa misma ciudad.
En los últimos años LaBeouf ha estado envuelto en peleas de bar en Londres y Vancouver. En el estreno de «Nymphomaniac» en Berlín el pasado mes de febrero, LaBeouf compareció en la alfombra roja con una bolsa de papel cubriéndole la cabeza en la que se podía leer: «Ya no soy famoso».