Red de instituciones larenses… ¡en acción!

-Para no olvidar
“El presupuesto debe equilibrarse, el tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda  pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado”.
Marco Tulio Cicerón–Año 55 A. C.
Podrían ser repetitivas las palabras de Cicerón, pero es innegable su vigencia ante la denunciada crisis que enfrenta la sociedad venezolana y que ha sido advertida, reiteradamente, desde el comienzo mismo del intento de implementar, en el país, un sistema que por los resultados, hasta ahora tangibles,  no está acorde con las necesidades sociales, económicas y políticas que enfrenta la república y de sus efectos éticos y morales.
La libertad y la pluralidad característica del pensamiento técnico y profesional formado en nuestras más antiguas casas de estudios, de manera eficaz, eficiente y responsable debe asumir el imperioso deber de liderar un proceso que no habrá de ser fácil pero qué, si se retarda el emprendimiento requerido, sus consecuencias nefastas serán directamente proporcional al tiempo perdido.
La sociedad civil capaz debe dedicarse, de forma inmediata, a apoyar a los jóvenes hijos de nuestra madre Venezuela, en la solución de los problemas que los han inducido a inmolarse en una lucha desigual,  implacable injustificable; como efecto que es, de las inexplicables situaciones a las cuales han llevado a la Tierra de Gracia que otrora era una Nación donde se disfrutaba de la seguridad personal, física y de bienes, garantizada por la Seguridad Jurídica, en el marco de la justicia proba amparada en un estamento legal que era ejemplo en el mundo globalizado.La búsqueda de la verdad y la rebeldía frente a las injusticias son las características que han magnificado a nuestros jóvenes, desde siempre. El presente de la Patria proyectado al futuro está en esa muchachada que nos recuerda a la boina azul y al grito rebelde de: ¡SACALAPATALAJÁ!
No se puede apagar el fuego con gasolina. El diálogo sincero es necesario y, el tiempo impondrá que, imprescindible, éste diálogo sea diáfano, transparente, público y respetuoso de los derechos constitucionales y legales de las partes. Los mensajeros de la paz tienen que estar plenamente capacitados, y creer en ella, para poder lograrla sin manipulaciones o intereses personales, partidistas o revolucionarios.
En la época en la cual vivimos no le es difícil a la historia analizar, comprobar y registrar cada uno de los hechos y acontecimientos de los cuales somos responsables y a cada quien le corresponde ubicarse en el sitio correcto.
Es realmente imposible acallar las ideas, el pensamiento crítico y la defensa de los derechos
Se puede comenzar respetando la libertad de expresión otorgando a los diarios las divisas que requieren para su cabal funcionamiento. EL IMPULSO… ¡Somos todos!