Una vez más los trabajadores de la obra de la universidad Alma Máter tomaron la intercomunal Florencio Jiménez, a la altura de El Pescadito, para reclamar la falta de materiales para su continuación.
A las seis de la mañana colocaron “burros” de madera y otros obstáculos en la vía obstaculizando el tránsito automotor en ambos sentidos, a la espera de algún funcionario que les diera una respuesta positiva.
“Esa es una obra en la que había 450 obreros y ahora sólo quedan 130, pero de pronto cuando regresemos despiden otros cuantos padres de familia con el argumento de que no hay materiales para trabajar, ni financiamiento oficial”, dijo Néstor Requena, uno de ellos.
La ejecución de la universidad Alma Máter, iniciada hace unos seis años, está a cargo de Fundapatria y hasta ahora, de acuerdo con Requena, sólo se ha construido un 30 por ciento.
Otros de los participantes en la manifestación afirmaron que la misma ha sido visitada por unos cuantos funcionarios nacionales, el último de ellos el vicepresidente Jorge Arreaza, pero lo único que reciben son promesas.
“Pero el último presidente de Fundapatria no nos ha visitado siquiera, por lo que no debe saber lo que aquí está pasando”, expresó Francisco, uno de los obreros.
Poco después de las 9 de la mañana llegó un piquete de la Guardia Nacional y ante el temor de que serían reprimidos se desplazaron del semáforo hasta el puente cercano donde comenzaba la larga cola de todo tipo de vehículos procedentes del occidente. En sentido contrario también era kilométrica.
Los conductores, sobre todo los de camiones y gandolas procedentes de sitios distantes y por ende cansados, se quejaban del tiempo que perderían en el lugar.
Los oficiales que comandaban el piquete de uniformados trataron de convencer a los líderes sobre la falta que estaban cometiendo al impedir el libre tránsito pero el diálogo resultó inútil.
Posteriormente llegó otro grupo de guardias nacionales junto al general Villamizar Perozo, del CORE 4, quien también habló con los líderes del sindicato que agrupa a los obreros.
Invitó a algunos a trasladarse al comando para hacer los contactos con quienes podrían resolver el problema de la escasez de cemento, cabillas y otros materiales necesarios para que la obra no se paralice.
El oficial ofreció hablar con el presidente de Corpolara, Luis Reyes Reyes, pero el grupo rechazó a este en coro debido a que, supuestamente, en ocasiones anteriores no ha cumplido nada de lo que les ha ofrecido.
Sin embargo, acordaron elaborar un acta compromiso como condición para retirarse de la arteria vial y permitir la reanudación del tránsito. “Otra acta que se firma. Ya van como ocho y nunca cumplen, volvemos a lo mismo y la obra nada que avanza”, manifestó uno de los obreros identificándose sólo como Gerardo.
A las diez y media se ordenó retirar los “burros” y otros obstáculos colocados en el puente de El Pescadito y los camiones, gandolas y otros tipos de vehículos comenzaron a movilizarse hacia el este o el oeste.
Una de las personas que esperaba desde las siete para poder seguir hacia Carora se preguntó en alta voz: ¿Cuándo será el próximo cierre de la autopista aquí, en este mismo sitio?