Argentina se sumó a la lista de equipos grandes que han tenido su enorme cuota de sufrimiento para avanzar a cuartos de final del Mundial Brasil 2014, toda vez que debió esperar hasta el minuto 118, cuando ya había aroma de penaltis, para mover la pizarra y despachar a la ultradefensiva Suiza en el estadio Arena de Sao Paulo, en otro partido de desenlace inesperado y en el que resultó salvador el mediapunta Ángel Di María, de los mejores en cancha.
Ni en los primeros 90 minutos ni en la prórroga le fue fácil a la albiceleste llegar con claridad al arco de los helvéticos, resguardado por un muro de camisetas rojas y un portero (Diego Benaglio) muy seguro en las pocas que intervenciones que realizó.
El momento cumbre a muy poco de terminar el alargue y después de un tonto error de un mediocampista suizo, que perdió la pelota en el ecuador de la cancha y dejó mal parado a su equipo. Acto seguido, Messi tomó la pelota para conducirla varios metros, pisar el área y cederla a Di María.
El jugador del Real Madrid no perdonó con su impecable definición de izquierda para evitar el sufrimiento de los penales y darle a los argentinos un merecido pasaje a la siguiente fase, aunque sin mostrar todavía el juego contundente que de ellos se espera.
Su próximo rival sale del duelo entre Bélgica y Estados Unidos, que cierra los octavos de final.