Esteiver Rangel, de 27 años de edad, murió ayer luego que le pegaran dos disparos en el rostro el pasado 15 de junio cuando celebrara el Día del Padre con unos amigos.
María Rangel, tía del joven, contó que èste salió a celebrar su día con unos amigos en el sector San Pablo, del municipio Arístides Bastidas del estado Yaracuy, cerca de su casa, de pronto se formó un tiroteo en el lugar y dos proyectiles impactaron en la cara del joven.
Fue llevado de emergencia al Hospital Central de San Felipe, donde lograron estabilizarlo. “Allá nos dijeron que había que trasladarlo para acá para Barquisimeto, porque allá no había cirujanos plásticos y debían reconstruirle el rostro, pero aquí lo dejaron morir”.
“En la emergencia pidieron un medicamento porque tenía fiebre a 42º, fuimos a comprarlo, pero luego no lo recibieron y después nos informaron que había muerto, ellos lo dejaron morir”, denunció Rangel. José Rangel, padre de Esteiver, comentó que estaba pidiendo que le recibieran el medicamento, cuando sintió un mal presentimiento.
“En ese momento sentí que algo malo había ocurrido, lo único que quería era ver a mi hijo, como pude me metí a observación sin que se dieran cuenta y cuando llegué a la camilla 3, vi que mi hijo estaba inerte y nadie se había dado cuenta. Le pedí a una enfermera que lo examinara y me dijo que estaba muerto, que no había nada que hacer”, comentó lloroso el padre. Esteiver deja dos hijos de 5 y 6 años y trabajaba como albañil.
En otro caso, el cuerpo de Arnaldo Ávila (27) está en la morgue del Antonio María Pineda, luego que falleciera de un infarto. Era natural de Caracas. Hasta ayer ningún familiar había llegado a reclamarlo.