“Luz Nas Vielas” se llamó el proyecto en Sao Paulo en el que intervinieron cinco calles con cinco colores diferentes. Los colores son vibrantes, tanto como la comunidad de Vila Brasinlandia y la familia Reis-Gonçalves, que acogió en su hogar durante casi tres semanas a los chicos (Pablo Ferreiro -31 años- Diseñador gráfico, Juan Jaume -31 años- Licenciado en Bellas Artes por la rama de foto y video, Javier Serrano -31 años- Arquitecto, Pablo Purón -30 años- Ilustrador y Rubén Martín -37 años- Ingeniero civil y artista plástico). Con este proyecto que forma parte de una serie llamada “Crossroads” que vienen ejecutando en varios países. Ahora, las palabras -amor, orgullo, firmeza, dulzura y belleza.- estampadas en aquellas calles y paredes, antes grises, sirven de inspiración para sus moradores.
“Rocking desde 2001”
Los cinco corazones de estos chicos están unidos en placeres compartidos desde hace más de 15 años. “Somos del mismo barrio, nos conocemos desde que teníamos 15 años porque compartíamos la misma pasión por el graffiti. Rubén es de una generación mayor que el resto y crecimos imitando sus murales… Fue en 2001 cuando gente en común nos puso en contacto con él y después de pintar varias veces juntos, decidimos ponerle un nombre a la conexión que estábamos creando. El nombre que escogimos fue Boa Mistura” comenta Javier. Entonces, no fue difícil unir ímpetus y que resultara un proyecto inspirador y participativo.
Desde el 2001 vienen “rockeando” con Boa Mistura. Han transformado espacios en Panamá, Argelia, España, Noruega, Suráfrica y podrían estar muy pronto en Venezuela en medio del proyecto Las Américas que incluye la intervención pictórica de la Colonia de las Américas, una de las colonias de la periferia de Querétaro en México.
Entre tanto, han logrado alianzas con diferentes ONGs, fundaciones y bienales. “Con Fundación Proart en Querétaro, México. Hemos hecho proyectos con ongs como Oxfam Intermón, Amnistía internacional o Cruz Roja, y trabajamos con otras fundaciones como la WWF Fundación Telefónica o Fundación Antonio Gala y con instituciones como los Centros Españoles en el extranjero o el Instituto Cervantes” agrega.
“AMA LO QUE HACES” como mantra
¿Cuándo deciden que es momento de salir de sus fronteras?
En realidad ni lo habíamos pensado. Supongo que la primera vez que nos invitaron fue la primera vez que nos planteamos salir fuera.
¿Qué hace una “buena mezcla”?, ¿Por qué deciden usar un nombre en portugués?
Cuando lo decidimos, en 2001, todas las crews de graffiti en España tenían siglas o utilizaban palabras en inglés porque la principal influencia era EE.UU. Nosotros nos sentíamos más identificados con las obras que se hacían en Brasil, y además le tenemos mucho cariño a Portugal, por eso decidimos usar el nombre en portugués. Bueno, y porque suena más sexy.
¿Cuál es su plan de trabajo, la rutina, el brainstorming y la ejecución?
Nosotros trabajamos site specific. Por lo que lo más habitual es que nos vayamos a vivir al sitio donde vamos a hacer el proyecto, si es fuera, y durante los primeros días decidimos qué es lo que tendría sentido en ese lugar. Son días de escarbar por todos lados hablando con la gente local, mirando, investigando, y sobre todo discutiendo entre nosotros para explicar lo que percibimos.
Una vez los 5 hemos llegado a un punto de encuentro, nos ponemos a diseñar y de ahí a ejecutarlo.
Dependiendo del tipo de proyecto, trabajamos mucho con dinámicas participativas, especialmente para la ejecución.
¿Qué sensación les queda luego de finalizar cada proyecto?
Los proyectos son como partos y la vida de las obras empieza una vez están ejecutadas. A partir de ahí dejan de ser nuestras para tener su propio camino. Cuando has trabajado muy duro y lo ves materializado la sensación es de satisfacción absoluta y de agradecimiento hacia todas las personas que de forma directa o indirecta han ayudado a que se hagan realidad.
¿Cómo fue la realización de Luz Nas Vielas?
Una experiencia inolvidable. Aterrizamos en Sao Paulo sin saber qué íbamos a hacer ni dónde y con unos pasajes con fecha de regreso al mes. Al tercer día conocimos a Dimas y la conexión surgió al instante. Él nos propuso que conociésemos a su familia y a su comunidad. Desde el primer momento en el que pisamos la favela fue un flechazo. Nos quedamos a vivir allí con su familia y nos pusimos a trabajar. La ayuda de la gente fue increíble y gracias a ellos pudimos hacer las cinco obras que para nosotros son el resumen de lo vivido y un fiel retrato de la comunidad. Cinco palabras y cinco colores en cinco calles: belleza, amor, dulzura, orgullo y firmeza.
¿Cómo fue convivir con la comunidad de Vila Brasilândia?
Fue una lección de humanidad, de sentirte ser humano. De cómo deberían ser las relaciones entre las personas. Fue realmente inspirador y volvimos de allí cambiados.
Desde entonces tenemos dos familias, la española y la familia Reis-Gonçalves que desinteresadamente nos acogió durante aquellas semanas.
¿Cómo describen esa otra cara de Brasil que pudieron conocer?
Un Brasil distinto al de las postales. Igual de alegre pero muchísimo más auténtico. Un Brasil en el que la vida está en la calle, en el que el cielo está lleno de cometas y en el que los niños juegan con cualquier cosa que tengan a mano. Un Brasil en el que los vecinos comparten lo que tienen. Un Brasil seguro. Un sitio increíble.
Con respecto a la probabilidad de visitar Venezuela, ¿Qué nos pueden adelantar?
Están muy avanzadas las conversaciones para que hagamos un saltito de una semana desde México en torno al mes de Noviembre. Aún no hay nada concreto pero a nosotros nos encantaría.
“Quizás el mejor mensaje que podemos compartir es el de nuestra máxima: AMA LO QUE HACES, porque unido al esfuerzo y a la dedicación, es el único modo de ser feliz y conseguir tus propósitos” Javier Serrano- Boa Mistura