En el país del “jogo bonito”, el Mundial de Brasil ha ofrecido en su primera vuelta todo lo que se esperaba de él en la tierra del “futebol”, rey con lluvia de goles, sorpresas, emociones, estrellas en racha y alegría en las gradas.
Quien dice fútbol, dice goles y en el país de Pelé, no podía ser de otra manera: en el ecuador del torneo, cuando se llevaban 32 partidos jugados de 64, ya se habían marcado 94 goles, es decir, una media de 2,94 tantos por partido, el mejor promedio desde el Mundial de 1970.
¿Cómo explicar semejante lluvia de goles? Cada uno tiene su propia idea, como Zico, la antigua estrella de la Seleçao, que destacó el ambiente “con el público brasileño que hace a la gente feliz”.
Gérard Houllier, exentrenador del Liverpool y ahora miembro del grupo de estudios técnicos de la FIFA, cree en cambio que es porque “tácticamente, los equipos arriesgan más desde hace cuatro años, a menudo con dos defensas que suben juntos”.
Sorpresas
“¿Quién hubiera pensado que duraríamos más en la Copa del Mundo que Inglaterra y España?”, dijo Ashkan Dejagah, delantero de Irán, que se jugó su pase a octavos en el tercer y último encuentro de la fase de grupos que perdió ante Bosnia (3-1).
En cambio, España, autor de un triplete inédito Eurocopa-2008/Mundial-2010/Eurocopa-2012, e Inglaterra, estaban ya matemáticamente fuera del Mundial tras los dos primeros partidos.
La Roja, en su primer encuentro fue aplastada 5-1 por los Oranje de Arjen Robben y Robin Van Persie. Y quién hubiera pensado que en el ‘grupo de la muerte’, el D, Costa Rica, clasificada 28 en el ranking FIFA, acabaría por delante de Uruguay, Italia e Inglaterra, quedando estas dos últimas eliminadas.
La serie de sorpresas se completó con la eliminación de Portugal.
Estrellas
Cuando comenzó el torneo, las ausencias de los Falcao, Ribery, Marco Reus (lesionados) o Zlatan Ibrahimovic (que no se clasificó) hacían temer por el espectáculo.
Parecía no contarse con los artistas presentes en Brasil que han deleitado al público con algunos goles maravillosos como el cabezazo de Van Persie frente a Casillas en el naufragio de la armada española o el tanto de Neymar ante Camerún abriendo el pie con una facilidad desconcertante o también la estupenda aceleración de Lionel Messi frente a Bosnia.
No es casualidad queel brasileño y el argentino encabecen la tabla de goleadores, en compañía del alemán Thomas Muller, con cuatro goles cada uno.
Pero, tampoco hay que olvidar a otros jugadores menos mediáticos como el inoxidable australiano Tim Cahill y su magnífica volea contra Holanda.
Mordiscos y peleas
Evidentemente, los futbolistas no son ángeles y el Mundial ha encontrado incluso a su demonio particular, el uruguayo Luis Suárez, que mordió al italiano Giorgio Chiellini en un hombro.