Gracias a las atajadas del agigantado Julio César y el fallo en el último lanzamiento de Gonzalo Jara, la selección de Brasil superó a Chile 3-2 en una sufrida definición desde el punto penalti –como de costumbre- para avanzar a los cuartos de final de su Mundial, tras un partido jugado en el estadio Mineiraro, a casa llena, que cerró con un empate 1-1 en el tiempo reglamentario.
El defensor David Luiz marcó el primer gol del desafío, a la altura del minuto 18, para darle así la ventaja a los brasileños y bajarle un grado a la presión, en un escenario teñido de amarillo y que imponía la obligación a la “canarinha” de ganar para no despedirse por anticipado del torneo que se desarrolla en su hogar, pero un error en un saque de banda de Hulk y Marcelo abrió las puertas el empate a los australes en el mismo primer tiempo (32), luego del quite de Eduardo Vargas, la habilitación a Alexis Sánchez y la correcta definición de este último dentro del área.
A partir de allí, Brasil se apagó de a poco, principalmente por el buen trabajo defensivo de Chile, que desactivó a Neymar, anticipándolo cada vez que quería recibir el balón en los alrededores del área, lo que llevó a que en la pare final, al igual que en la prórroga, se jugara más al pelotazo, dejando a un lado de las ideas.
No faltó la polémica en este encuentro, tras una sentencia de uno de los asistentes de línea, cuando Hulk bajó la pelota con el pecho en el área para luego meterla en las redes, pero hubo la apreciación de una mano dudosa, que anuló la anotación.
En los penales, Julio César tapó dos pelotas, mientras que Neymar marcó una diana clave antes del falló de Jara, que le puso fin al compromiso.
En cuarto de final, Brasil se verá las caras con el vencedor del Colombia-Uruguay.
Alineaciones:
Brasil: Julio César, Dani Alves, Thiago Silva, David Luiz, Marcelo, Luiz Gustavo, Fernandinho, Oscar, Neymar, Hulk y Fred.
Chile: Claudio Bravo, Mauricio Isla, Gary Medel, Gonzalo Jara, Francisco Silva, Eugenio Mena, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz, Arturo Vidal, Alexis Sánchez y Eduardo Vargas.
