Expulsado de la Copa del Mundo por morder a un oponente, Luis Suárez fue esperado en su natal Uruguay como todo un héroe. Sin embargo el vuelo privado que lo trajo de regreso sufrió un prolongado retraso y cuando por fin arribó, de madrugada y once horas después de lo anunciado originalmente, la multitud ya se había dispersado.
El goleador se retiró del Aeropuerto Internacional de Carrasco a eso de las 5 a.m. a través de una base contigua de la Fuerza Aérea, sin hacer declaraciones a la prensa.
Unas mil personas con banderas de Uruguay y carteles críticos hacia la FIFA se habían congregado desde la tarde del jueves en la zona del aeropuerto para darle su apoyo a Suárez, suspendido ese mismo día por cuatro meses por morder al italiano Giorgio Chiellini en la Copa del Mundo de Brasil.
Incluso el presidente uruguayo José Mujica estuvo en el aeropuerto para recibir al delantero, aunque luego abandonó el lugar ante el retraso del vuelo, dijo a la AP Diego Cánepa, prosecretario de la Presidencia.
Los fanáticos cantaban coros como «el que no salta es un inglés!» y portaban pancartas con el rostro de Suárez y leyendas denunciando la corrupción de la FIFA.
«Vine a alentar a Suárez porque Suárez es el dios de la selección, le da el alma al cuadro», comentó Lucía Romanello, una niñera que estaba arropada por una bandera de Uruguay.
Clara Bragard, una estudiante que también portaba una bandera, consideró que «Suárez vivió una injusticia por parte de la FIFA. Y ya que todo el mundo está en contra de él, que se sepa que los uruguayos estamos a su favor».
La sanción de la FIFA contra Suárez provocó indignación en Uruguay, un país de unos 3,4 millones de habitantes con una larga y rica tradición futbolística, que incluye dos campeonatos mundiales. El goleador también fue suspendido por nueve partidos con la selección.
El ariete de 27 años del Liverpool es un ídolo en su país, al que ayudó a alcanzar las semifinales del Mundial de 2010 y a ganar la Copa América del año siguiente.
Diego Armando Maradona se unió a la defensa de Suárez al señalar que en la actual Copa del Mundo se han visto agresiones peores al mordisco que no fueron sancionadas con semejante severidad.
«No tienen el sentido común o la sensibilidad del hincha», expresó el astro argentino durante la transmisión del jueves del programa de la cadena venezolana Telesur en el que participa como analista del Mundial.
«¿Quién se creen que son ustedes (la FIFA)? ¿Por qué lo mandan a Guantánamo a Luis Suárez? ¿A quién mató? Esto es fútbol, esto es roce».
Al final de la transmisión, el exfutbolista argentino, uno de los principales críticos de la FIFA y de su presidente Joseph Blatter, se puso una camiseta blanca con el mensaje «Luisito, estamos con vos».
Diego Suárez, el hermano menor del atacante y que juega con el club local Miramar Misiones, dijo a The Associated Press sentirse «muy triste» por una sanción que considera «increíble».
«Lo atacan porque vende», afirmó Diego Suárez. «Lo atacan porque le gusta ser como es y no soportan todo lo que le puede dar un país».
Diego Lugano, capitán de la selección Celeste, escribió en su cuenta de Facebook un mensaje de respaldo a Suárez.
«Abrazo a Luis, quien como siempre se levantará, y principalmente a la familia que es la que más sufre en estos casos, sigan sintiéndose orgullosos de él, lo merece», escribió el zaguero de West Bromwich Albion. «A nosotros no nos detendrá nada. Seguiremos adelante con humildad, unión, compromiso, reconocimiento de los errores y con la cabeza siempre erguida».
Desde el gobierno, la ministra de Turismo y Deporte, Liliám Kechichián, indicó que «nos duele la desmedida sanción». «Ahora ver cómo ayudamos al ser humano y cómo este grupo saca lo mejor de su clase y de su amor a la `Celeste»’, dijo la ministra Liliám Kechichián.
Wilmar Valdez, líder de la Asociación Uruguaya de Fútbol anunció que el organismo apelará la suspensión, aunque la FIFA enfatizó que el castigo seguirá en pie mientras se cumple ese proceso.
«Los errores en la vida se pagan, esa es la realidad. Luis ya los ha pagado», expresó Valdez.
En la calle, las reacciones fueron viscerales.
Juan José Monzillo, un exfutbolista de 48 años que hoy atiende un puesto de venta de frutas y verduras, dijo que el castigo fue injustamente severo.
«Que haya existido sanción está bien, porque lo que hizo Suárez fue antideportivo. Fue muy estúpido», dijo Monzillo, con los auriculares puestos mientras escuchaba las noticias sobre el caso. «Pero la sanción es muy exagerada, no tiene nada que ver con lo que pasó».
Y Monzillo de inmediato despachó el sentir generalizado en el país, de que Uruguay es la víctima.
«Es evidente que influyeron cosas extra deportivas, claramente quisieron sacar del Mundial a Suárez. Uruguay es un país chico, eliminó a dos grandes como Italia e Inglaterra y a la FIFA no le sirve que siga en el Mundial. Estoy triste por Suárez, pero no por la selección, a la que con Suárez o sin Suárez, le tengo una fe bárbara».
Claudio Paolillo, director del semanario Búsqueda, indicó que «Suárez es inmaduro y autodestructivo».
Pero también criticó al organismo regente del fútbol mundial: «Pero, ¿la FIFA hablando de `mordidas’? íEs un enorme cartel de delincuentes, coimeros y mafiosos!»
Hasta el vicepresidente de Colombia, Angelino Garzón, lamentó lo ocurrido a Suárez. Uruguay enfrenta a la selección colombiana el sábado por los octavos de final en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
«Soy un admirador del fútbol de Luis Suárez, es un gran futbolista y lamento mucho este tema de los mordiscos pero tengo una especial admiración por él como futbolista», manifestó Garzón durante una charla con los periodistas en su despacho.
Cerca de medio centenar de fanáticos de Uruguay llegaron el jueves por la noche al hotel donde se concentra la selección en Río para expresar su respaldo a Suárez y al plantel.
«Una tremenda estafa. Es alevoso, cabezazo de (Zinedine) Zidane (en la final del Mundial de 2006), la patada que recibió Xabi Alonso (en la final del Mundial de 2010), podemos decir 500 jugadas iguales o peores. Ha sido demasiado», expresó Lucía Suárez, de 24 años y quien vestía una camiseta celeste de la selección uruguaya.
«En Brasil no olvidan el Maracanazo, pero creo que les va a reforzar (al grupo). Cuanto más difícil, más se agranda el uruguayo», agregó su amiga Augstina Rossi, de 31 años.
Lo ocurrido el martes en el partido contra Italia es el tercer episodio en el que Suárez muerde a un rival en un partido, ya que protagonizó situaciones similares con Ajax y Liverpool.
La FIFA también le impuso una multa de 100.000 francos suizos (112.000 dólares). El ariete tiene prohibido entrar a cualquier estadio de la Copa del Mundo, o incluso entrenarse con Liverpool hasta fines de octubre.