Campesinos de la comunidad indígena La Gran Parada, municipio Andrés Eloy Blanco, continuaban la mañana de este lunes en la alcabala de acceso al portal de entrada de la presa Yacambú-Quíbor, reclamando el derecho que tienen de ser incorporados a la obra de ese sistema hidráulico.
Allí estaban mujeres y hombres, incluyendo algunos que son pioneros de ese proyecto, pero ahora, aparentemente por motivos políticos, los están dejando a un lado para colocar a trabajadores foráneos.
Rosaura Escalona, Nellys Pérez, Alexander Pérez, José Gil, Víctor Pineda y Felipe Rivero, estos tres últimos los más antiguos, se encontraban entre los campesinos de La Gran Parada y otros caseríos de la parroquia Yacambú que esperan respeto por parte de las autoridades del SHYQ.
“Aquí en esta obra quien manda como que es María Casanova (directora de la alcaldía de AEB), porque ella se ha encargado de traer gente de afuera para que trabaje y mientras tanto nosotros seguimos muriéndonos de hambre porque no tenemos empleo y tampoco podemos sembrar”, explicaron Rosaura y José Gil.
Hicieron un llamado al presidente del Sistema Hidráulico, ingeniero Landys Navarro, para que hable directamente con ellos y así le pondrán al tanto de lo que pasa, mientras tanto seguirán allí.
¿O es que María Casanova es la nueva presidenta del sistema hidráulico o sigue siendo el ingeniero Navarro?, se preguntó uno de ellos.
Informaron que la pasada semana llegaron dos representantes del sistema y se comprometieron a paralizar los ingresos de personas procedentes de otros lugares, “pero siguen burlándose de los moradores de La Gran Parada porque quien manda es María Casanova”, enfatizó Felipe Rivero.
Por su parte, Antonio García, “Ringo”, exconcejal y coordinador de Asoyacambú, afirmó que el responsable de lo que está pasando es Landys Navarro, pues está permitiendo que la directora de la alcaldía esté enfrentando a las comunidades y pasando por encima del consejo comunal indígena y de unas 55 familias pendientes de puestos de trabajo en la empresa.
Igualmente, dijo que en la presa los trabajos que, supuestamente son los finales, están prácticamente paralizados.