El secretario de Estado norteamericano John Kerry prometió el lunes en Irak un apoyo «intensivo» frente a la ofensiva de los insurgentes sunitas que avanzan hacia Bagdad tras haber consolidando su control en el norte y el oeste del país.
Pero para que este apoyo sea más «eficaz», Kerry pidió a los dirigentes iraquíes con los que se entrevistó durante la jornada en Bagdad que pongan de lado sus diferencias y gobiernen unidos para derrotar juntos a los radicales que lanzaron su ofensiva hace doce días.
En las últimas horas, los insurgentes liderados por la organización yihadista Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) conquistaron la estratégica localidad sunita de Tal Afar, en la provincia de Nínive (noroeste), y su aeropuerto, pero se retiraron sin combatir de un puesto fronterizo con Siria tomado la víspera y que ahora está nuevamente en manos de las fuerzas armadas.
El fin de semana habían tomado ya otras tres localidades de la también estratégica provincia occidental de Al Anbar, incluyendo otro puesto fronterizo con Siria que sigue aún bajo el control de los radicales.
Esta provincia se encuentra en la frontera con Jordania y Siria. El EIIL pretende crear un califato islámico en una zona situada entre Irak y Siria.
«Irak se enfrenta a una amenaza contra su integridad y los líderes iraquíes deben responder a esta amenaza», declaró Kerry durante una conferencia de prensa en la embajada de Estados Unidos en Bagdad, tras reunirse con el primer ministro Nuri al Maliki.
«Es un momento crítico para el futuro de Irak y un momento de extrema urgencia. Es el momento para los dirigentes iraquíes de tomar decisiones», dijo, en momentos en que Maliki, primer ministro de Irak desde 2006, es blanco de críticas por su política sectaria, especialmente la marginalización de la minoría sunita, que alimentó la ofensiva yihadista.
Kerry aseguró que el apoyo de Washington a Irak será «intensivo y continuo», y añadió que «si los líderes iraquíes toman las medidas necesarias para unir al país», será «más eficaz».
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció la semana pasada el envío de consejeros militares para ayudar al ejército iraquí a hacer frente a la ofensiva yihadista pero excluyó por el momento ataques aéreos, como se lo había pedido Bagdad.
Obama instó también a Maliki a abandonar su política sectaria y trabajar en favor de la unidad del país.