Junio es el mes de los santos más populares de Venezuela. El pasado 13 de junio conmemoramos a San Antonio de Padua, custodio del tamunangue, la danza más representativa del país.
El próximo martes 24 de junio, en algunas localidades de Barquisimeto, entre estas La Carucieña, la cual tiene por costumbre honrar al santo, y Duaca, municipio Crespo, donde recordarán con plegarias y repiques de tambores a Juan El Bautista.
El libro Conocer Venezuela, tomo Cultura y Folclore, recoge las impresiones del compositor Luis Felipe Ramón y Rivera (1913-1993), quien apuntó que San Juan, como San Isidro, es también un santo propicio a la agricultura, pero de diferente modo.
«La celebración anual de San Juan está dispuesta para los venezolanos en plena época de lluvia y, por lo tanto, favorable a las siembras. Las plantaciones de café y de cacao estuvieron, desde los comienzos de las grandes haciendas del centro del país, vinculadas a la celebración de San Juan».
La tradición tiene su origen en las costas, desde Cúpira (Miranda) hasta Farriar y Agua Negra (Yaracuy).
En el pasado, hombres y mujeres regresaban de los campos al mediodía del 23 con sus cargas de leña, ñame, yuca o cambures para descansar, alimentarse y disponer para la fiesta.
El santo se vestía con ropas nuevas. Era un santo niño, la imagen de un San Juan niño que a veces lleva la tradicional piel de cordero como único vestido o, más criollamente, su trajecito de faldas y su sombrerito de cogollo en la cabeza.
El santo pertenece a las familias del lugar, las cuales se encargan de organizar la fiesta, humilde, familiar y multitudinaria.
El 23 por la tarde, el estruendo de tambores descubre al santo paseando devotamente por el mar en lanchas llenas de adornos y de regocijo.
En la noche de ese mismo día se realiza el velorio o Nochebuena de San Juan. Resuenan los golpes del tambor, se cantan tonadas, sangueos o sirenas.
En la madrugada, la gente se baña en el río más cercano. Algunos llevan la imagen del santo para bañarla devotamente en las orillas porque San Juan, El Bautista, no podía permanecer al margen de ese ritual.
Devoción
A pesar de su carácter festivo se relaciona con el maltrato sufrido por los esclavos en nuestro país durante la colonia.
San Juan tiene como sus principales devotos a los descendientes de los antiguos esclavos negros. Es una de las fiestas más populares, musicalmente más llamativa, en ella se evidencia una significativa variedad de elementos de las culturas negroides de nuestro país. La festividad se extiende hasta enlazarse con la de San Pedro, el 29 de junio.
El Día de San Juan casi coincide con el solsticio de verano, 21 de junio, el día más largo del año, lo cual es de especial importancia en las culturas de base agrícola.
Algunos estudiosos han apuntado que la fiesta de San Juan comienza a celebrarse en Venezuela desde el siglo XVIII. Las fiestas más importantes en su honor han tenido especial predominio en las zonas de alta concentración de población negra durante el tiempo colonial, generalmente en las costas centrales.
Tambores y cantos
Con tambores y un coro de fiestas onomatopéyicas se intercalan entre canto y canto diversos actores y elementos. Mientras eso sucede avanza una procesión en la que todos bailan, pasándose unos a otros la imagen de San Juan que da vertiginosas vueltas sobre las cabezas de los devotos.
Esta fiesta se celebra en Miranda, Aragua, Carabobo, Falcón, Yaracuy, Lara, Guárico y Distrito Federal. Sus cantos son rogativos o devocionales, rituales o de procesión, festivos para el baile y de despedida. Los tambores utilizados en la fiesta son tambor redondo, mina o tambor grande, cumacos, tamboras, tamunangos, el granadero y el carángano. La celebración es de carácter comunitario, en ella participa todo el pueblo, en algunos sitios es responsabilidad de una cofradía, en otros, de grupos espontáneos de la localidad.
El rito
En la mañana del 24 es vestido y sacado de la casa en un altar adornado con flores, cintas de colores, y por lo general vestido de rojo que es su color litúrgico. En localidades como Yaracuy prefieren el amarillo y azul, en Aragua el rojo y el blanco. En algunos sitios le colocan sombrero y en otros alpargatas.
Una característica común en todas las imágenes es la de tener uno de sus dedos índices alzados lo que ha dado lugar a la expresión “cuando San Juan agache el dedo”.
La fiesta es de gran colorido, luego de las misas se saca al santo de la iglesia con campanas y cohetes para dar paso a la danza y al canto.
Durante el día los devotos pagan las promesas y ponen ofrendas al santo en el altar. Quienes son visitados por el santo están obligados a brindar a los cargadores y cantores. A lo largo de la procesión el santo es acompañado por múltiples banderas.
Creencias
Las fiesta de San Juan es una ocasión para la cábala y otras prácticas, creencias y supersticiones, como la que indica que las plantas curativas aumenta su poder, ritos relacionados con la salud, los negocios y la fertilidad, así como de carácter premonitorio relativo a lo amoroso.
Se acostumbra por ejemplo echar un huevo en el agua de un recipiente en la medianoche del 23 y revisar muy temprano o al mediodía del 24 el mensaje que se supone puede leerse en la figura que se forma. Estos mensajes suelen ser la aparición o llegada de un novio o de un hombre (cara), un viaje (barco), muerte próxima (cruz o urna), matrimonio (iglesia, velo).
La celebración ha sido entendida como una fiesta propicia para cortarse el cabello o la uñas para que crezcan sanos.
Fuentes: Conover Venezuela, Cultura y Folclore
Diccionario de la Fundación Bigott
Centro Interno de Documentación EL IMPULSO