Argelia, que perdió el primer partido contra Bélgica (2-1), deberá al menos sumar algún punto el domingo ante Corea del Sur, que empató contra Rusia en la primera jornada (1-1), si no quiere sumar una nueva eliminación prematura en los Mundiales.
En Brasil-2014, el país magrebí participa en su cuarta Copa del Mundo (tras España-1982, México-1986 y Sudáfrica-2010) y nunca ha sido capaz de clasificarse para octavos de final.
Tras su espectacular estreno mundialista en España, donde ganó en su primer partido ante Alemania Federal, posterior campeón del torneo, y quedó eliminada tras el ‘partido de la vergüenza’ entre alemanes y austriacos (que acabó con resultado de 1-0 que clasificaba a ambos), la suerte no ha sonreído a los argelinos y no han vuelto a ganar un partido en esta competición desde 1982.
Tampoco parece fácil que vaya a conseguir la clasificación en Brasil, tras la derrota inicial ante los belgas, pese a adelantarse en el marcador con un penal transformado por Sofiane Feghouli, el primero que marcaba Argelia en el torneo en 28 años.
El seleccionador Vahid Halilhodzic aseguró estos días que “no es tiempo para llorar, este partido es decisivo”.
La victoria frente a los asiáticos posibilitaría que los argelinos se jugaran la clasificación en el último partido ante Rusia. Incluso el empate no les elimina matemáticamente, aunque sí les dejaría al borde del KO.
Los coreanos, por su parte, arrancaron el torneo con un empate ante Rusia y llegan en similares condiciones al partido ante Argelia, es decir, que necesitan ganar si no quieren jugárselo a la desesperada en la última jornada ante Bélgica, la favorita del Grupo H.
Con estos condicionantes, se espera un partido cerrado y poco espectacular. “No creo que ninguno de los dos equipos tenga muchas ocasiones de ataque”, admitió el defensa Park Joo-ho.
“Si somos capaces de anotar alguna de esas oportunidades, tendremos una buena oportunidad de hacernos con la victoria”, añadió.
Los coreanos, no obstante, ya vieron en la primera jornada de grupo que los argelinos no serán una presa fácil de abatir.
Los asiáticos afrontan en Brasil su octava participación consecutiva, pero salvo en 2002 (cuando llegaron a semifinales en el Mundial que organizaron con los japoneses) y 2010 (octavofinalistas) nunca han superado la primera fase.