El 18 de junio, en seguida de su sustitución por Menéndez el 17, tras doce años en el gabinete el ministro Giordani publicó una carta sin duda escrita con anticipación, titulada Testimonio y responsabilidad ante la historia, ocho páginas de texto apretado, en el que la eminencia roja del proceso cuenta su versión de lo que los venezolanos, aguas abajo hemos vivido y, debo decir, sufrido. En el texto hay noticias Una que, como ocurrió con las misiones en 2004, hubo decisiones que se tomaron porque “era crucial superar el desafío del 7 de octubre de 2012, así como las elecciones del 16 de diciembre de ese mismo año” (las de gobernadores).
Es decir que no formaban parte del proyecto, sino del interés en “la consolidación del poder político” ganando esas elecciones. A saber: Abundantes recursos para la Seguridad Social; gasto público para mejorar la calidad de vida; subsidios importantes en alimentación, electricidad, combustible, agua, transporte, bienes de consumo masivo, vivienda; aumento del endeudamiento de Pdvsa, y del Gobierno central dentro y fuera del país; más importaciones y menos exportaciones; subsidio a empresas públicas ya deficitarias para proteger “en el corto plazo” empleos y salarios. Es decir que ninguna de esas cosas, mostradas como logros del socialismo, “buen vivir sólo en socialismo” se nos dijo tantas veces, eran salvavidas electorales de corto plazo, pasajeros hasta lograr el objetivo de ganar y quedarse en el poder.
Dice que en 2012 sólo hubo una reunión de Consejo de Ministros con el presidente Chávez (el 20 de octubre) y que el documento pedido por él “en su lecho de enfermo” solo pudo terminarse el 2 de marzo de 2013 por lo cual “por supuesto, no pudo conocerlo el Comandante Chávez”. Todo lo cual, de paso, desmiente lo que se nos dijo de las reuniones de trabajo con él, y ratifica nuestra denuncia pública de que no estaba gobernando. Lo demás, ha sido destacado por la prensa. Es “doloroso y alarmante ver una Presidencia que no transmita liderazgo y parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia de los planteamientos” del difunto. La necesidad de “romper con la percepción de corrupción” buscando a las figuras revolucionarias con reputación impecable, sin juzgar ni vetar a otros, sino partiendo “de lo positivo y lo sano”.
Pero algo más le escribieron al Presidente. El 12 de junio Tribuna Popular, órgano oficial del Partido Comunista, miembro del Gran Polo Patriótico, editorializó “Se crea y se crea… pero no se acierta” , donde se critica las “deficiencias y errores acumulados en la gestión de gobierno, que va impactando cada vez más en el conjunto del pueblo venezolano”. Los comunistas censuran lo que consideran “improvisación, coyunturalismo y efectismo”. Encargado de responder a Giordani fue el alcalde Rodríguez, días antes responsable de develar el plan magnicida, golpista y de intervención extranjera desde el Teatro Nacional. Su línea de ataque fue la traición, clave también usada desde la Presidencia. Y su reclamo la lealtad por encima de posiciones personales y egoísmos. El presidente de la Asamblea dijo que no es tiempo de deslealtades ni de traiciones, y algo así como que si él se fuera no diría nada. Tal parece que las cosas en el país oficialista, tan distinto al país de carne y hueso que hace colas, padece la escasez y la inflación, y muere a manos de la violencia hamponil impune, andan al ritmo de algo viejísimo, más viejo que casi todo salvo las ideas gubernamentales, aquel tango gardeliano: “Hoy una promesa, mañana una traición…”. Oposición comunicativa El domingo 15 de junio, veintinueve de los firmantes del remitido del 7 de diciembre Venezuela debe convocar una Constituyente, publicaron un nuevo remitido Sí hay una salida a la crisis, cuyos principales planteamientos son el fortalecimiento de la unidad con estudiantes, partidos, trabajadores y ciudadanos, para lo cual se celebraría un “Gran Congreso”; la renuncia de Nicolás Maduro y, de nuevo, la Constituyente. El martes 17, el alcalde metropolitano Antonio Ledezma, quien no es firmante de los remitidos antes mencionados, pidió a la MUD, de la cual forma parte, “hablar claro” y planteó un diálogo entre los dirigentes para acordar “una sola estrategia con agenda compartida”.
Esta semana, la Unidad ha declarado sobre promover la industria venezolana como antídoto a la inflación, reclamó al gobierno que esconde los datos de alza de precios y escasez, exigió medidas de defensa de la soberanía en el Esequibo ante las declaraciones del gobierno de Guyana, y reunió en Barquisimeto a sus gobiernos municipales para trabajar en materia del financiamiento de los planes y obras en beneficio de la gente.