Aparte de las virtudes que todos les conocemos, los perros tienen otras habilidades ignoradas por la gran mayoría de nosotros. Ellos, a pesar de ser animales, pueden entendernos muy bien, así como hacernos saber cuándo no están de acuerdo con alguna situación o no les termina de agradar una persona. Estos peluditos de diferentes colores y tamaños se han ganado el cariño y la aceptación de un gran porcentaje de la población mundial, logrando entrar en nuestros hogares y hasta formar parte de la familia.
Pero, ¿Realmente son tan inteligentes como pensamos o más bien son mucho más de lo que creemos? ¿Guardan silenciosamente ciertas habilidades que podrían causarnos gran sorpresa si las descubriésemos?, después de que leas este artículo podrás sacar tus propias conclusiones y detectar en tu mascota cosas que te harán quererlo y valorarlo mucho más, así que continúa leyendo y descubre las curiosidades caninas.
¿Pueden los perros leernos la mente?
¿No te has preguntado una y mil veces cómo hacen esos pequeños peludos para aprender que haciéndonos caso se ganarán un delicioso premio? ¿No te parece extraño que mientras lo estés mirando se porte como todo un angelito pero si lo dejas solo encuentras un desastre al volver a casa?
Estas interrogantes y muchas más, encontraron respuesta en un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Florida, Estados Unidos, en el que Monique Udell y sus colegas descubrieron que el modo en el que los perros responden al nivel de atención que les prestan las personas nos dice algo acerca de la forma en que piensan y aprenden sobre el comportamiento humano.
Investigaciones recientes han identificado una amplia gama de comportamientos sociales similares a los humanos en el perro doméstico, incluyendo su capacidad para responder al lenguaje corporal de las personas que le rodean, a las órdenes verbales y a los estados de atención. Pero ¿cómo lo hacen? ¿Observan nuestro comportamiento en distintas circunstancia y luego actúan en consecuencia? ¿O aprenden por experiencia, respondiendo a lo que sucede a su alrededor?
Para averiguarlo, Udell y sus colegas pusieron en marcha dos experimentos para comparar cómo actúan perros domésticos, perros pastores y lobos, dándoles la oportunidad de pedir comida, ya sea a una persona cariñosa o a una a la que el animal no puede ver. Así, comprobaron por primera vez que los lobos son capaces de reclamar comida acercándose a los humanos atentos. Esto demuestra que ambas especies (domésticos y no domésticos) tienen la capacidad de comportarse de acuerdo con el estado de atención de un ser humano. Además, tanto a los lobos como a los perros les fue posible mejorar rápidamente su desempeño con la práctica.
De igual modo, llegaron a la conclusión de que los perros que viven en un ambiente doméstico son más sensibles a los estímulos predecibles en los seres humanos atentos que los dedicados al pastoreo. Según sus conclusiones, “el comportamiento canino se debe a la voluntad de los animales de aceptar a los seres humanos como compañeros sociales, combinada con una capacidad para seguir los movimientos y las acciones de las personas para recibir aceptación”.
¿Pueden ser pesimistas los perros?
Si tu perro destruye los muebles cuando estás fuera de casa podría ser un caso de negatividad canina, según concluye un estudio británico. De acuerdo con los autores, procedentes de la Universidad de Bristol, algunos perros son pesimistas por naturaleza, mientras que otros tienen un temperamento más jovial. “Sabemos que los estados emocionales de las personas afectan sus decisiones y que es más probable que la gente feliz juzgue una situación ambigua positivamente… Lo que nuestro estudio ha demostrado es que eso se aplica a los perros de forma similar”.
Para medir la psicología canina, los investigadores entrenaron a perros para reconocer que los recipientes situados a un lado de la habitación contenían comida, mientras que los ubicados al otro lado estaban vacíos., para colocarlos después en ubicaciones neutrales entre ambos lados. De este modo, descubrieron que así como las personas felices tienden a ver el lado positivo de cualquier situación, los perros optimistas corrieron hacia el recipiente, esperando encontrar comida, mientras que los pesimistas dudaban o se movían más despacio.
El estudio, publicado en Current Biology y en el que participaron 24 perros, determinó que el temperamento de los perros se correspondía con su comportamiento cuando estaban separados de sus dueños. Los que veían el envase medio lleno eran más tranquilos cuando se les dejaba solos, seguros de que sus propietarios volverían, mientras que era más probable que los pesimistas se preocuparan, ladraran o se portaran mal, temiendo haber sido abandonados.
¿Son envidiosos los perros?
Un equipo de neurobiólogos de la Universidad de Viena (Austria) ha confirmado lo que los dueños de los perros ya sospechaban: Que estos animales pueden sentir envidia y reaccionar de forma negativa cuando perciben que les tratan peor que a otros.
Los autores del estudio enseñaron a dar la patica a varios canes, los cuales obedecían casi siempre incluso sin recibir un premio a cambio, pero cuando empezaron a darles pan o salchichas a algunos perros antes que a otros, la susceptibilidad de los que no habían recibido nada parecía herida, trayendo como consecuencia bostezos, rascadas y negación a participar en el juego.
Los bebés entienden los ladridos de los perros
¿Entiendes qué intenta decirte tu perro con sus ladridos? Una nueva investigación realizada en la Universidad Brigham Young en Utah, Estados Unidos, revela que cualquier bebé podría descifrarlos sin dificultad.
Durante el estudio, el psicólogo Ross Flom y sus colegas les mostraron a varios niños de seis meses de edad dos fotografías distintas de un mismo perro, una en la que aparecía muy irritado y otra con una apariencia amigable. Posteriormente, reprodujeron sonidos de los ladridos de un perro agresivo y de otro amistoso de manera aleatoria. Para sorpresa de los investigadores, los pequeños siempre observaban fijamente la imagen correspondiente al ladrido momentos después de escucharlo, por lo que Flom asegura que los bebés son capaces de identificar el estado de ánimo de un canino con sólo escucharlo ladrar.
El experimento respalda la idea de que desde mucho antes de aprender a hablar los bebés pueden reconocer y responder al tono de las voces humanas y a los sonidos de animales. “Las emociones son una de las primeras cosas que aprendemos a identificar en nuestro entorno social… Escogimos a los perros porque son animales altamente comunicativos, tanto en sus posturas como en sus ladridos”, añadió el especialista.