El hermano lasallista Miguel Laforga, tiene su morada en el cielo, desde el pasado 16 de junio, cuando dejó el mundo terrenal para presentar sus obras ante el Padre. Ayer, a las 8:00 de la mañana, monseñor Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto, ofició la eucaristía para despedir al religioso de nacionalidad española, quien sirvió por más de 20 años, en el Colegio La Salle de nuestra ciudad.
Creer en la resurrección, es la invitación del Señor y así lo comunicó el Arzobispo durante su homilía; destacó el amor que puso Laforga durante su misión, el testimonio cristiano demostrado entre la comunidad educativa, especialmente, hacia los niños, adolescentes y jóvenes, a quienes educó acerca de la ciencia, inglés, catecismo, entre otras enseñanzas.
“Nos sentimos tristes por la pérdida terrenal, sin embargo, también se asoma la alegría de Cristo, alegría porque resucitaremos a una vida nueva, donde no habrá sufrimiento sino plenitud en presencia de Dios”, sostuvo.
Mientras tanto, el hermano Juan Bosco Chacón, visitador encargado de La Salle en Venezuela, enalteció el papel de misionero para la juventud o nuevas generaciones; siempre estuvo rodeado de los muchachos, dijo, a propósito del cargo que desempeñaba como director del Museo de Ciencias Naturales del Colegio La Salle: “se dedicó a enseñar a los niños y jovencitos, mantuvo abiertas las puertas del museo, incluso, para aquellos que no son alumnos de nuestra institución”.
El hermano Miguel, como era llamado por los suyos, se dedicó a las investigaciones, a mantener actualizadas las colecciones del museo y, sobre todo, le apasionó mucho la mineralogía.