Las familias sacrifican salidas y viajes por el alto costo de la vida que se elevó 74,8%, en el último año, según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
El último informe del Instituto Nacional de Estadísticas revela que dos millones de venezolanos no tienen ingresos suficientes para comprar lo más básico.
De acuerdo con el economista Ángel Alayon, el poder adquisitivo del ciudadano se deteriora velozmente por la escasez, que incluso, tiene un costo psicológico.
El presupuesto de las familias en Venezuela es cada vez más reducido, sostienen ciudadanos.
Se necesitan casi cinco salarios mínimos para cubrir la Canasta Básica.
“Los ingresos no alcanzan como antes. Todo está caro”, declaró el señor Juan Barrios, un vendedor de bolsas quien, desde hace 11 años, trabaja en las afueras del Mercal de Patarata.
El comerciante debe vender ocho bolsas de basura diarias, solo para cubrir sus pasajes.
Antes, Barrios adquiría la caja de bolsas al mayor en Bs. 280. Ahora necesita Bs. 1.600.
Lorena López, ama de casa y mamá de dos niños, asegura que un salario mínimo es insuficiente para costear los gastos del mes.
“Si compramos alimento no nos alcanza para recreación, vestido y ni productos de limpieza”, cuenta.
Así como ella, centenares de familias se olvidan de salidas al cine o cortos paseos a la playa. López lamenta que el aumento de la inflación “golpee” el bolsillo de los venezolanos, especialmente los más humildes.
La joven ama de casa compra en Mercal, al igual que muchos. Un mercado en la red estatal ronda los Bs. 300, reitera. Pero deben someterse a largas colas, de siete horas o más, hasta conseguir los productos regulados.
Las colas son otro “dolor de cabeza colectivo”, opinan tres usuarios que amanecieron en las afueras de la Fulgor para adquirir una batería de automóvil.
Los esposos Colmenárez, ambos comerciantes, señalan hay una clase de “asfixia económica” en el país.
Con presupuestos apretados deben responder a los compromisos del hogar y sus niños en edad escolar. La lista de útiles que se aproxima será otra preocupación, puntualizan.