Brasil que no pudo comprar el boleto a los octavos de final de “su” Mundial: saldó un empate sin goles con un México bien plantado, que lo asfixió con un esquema táctico impecable y un Guillermo Ochoa convertido en una pared.
Ochoa, de 27 años y jugador del Ajaccio francés, hizo tres paradas sensacionales que impidieron a Brasil salir del estadio Castelao de Fortaleza (noreste) con los tres puntos que lo ponían prácticamente en los octavos de final.
Al son de “Cielito Lindo” en las tribunas -la asistencia de mexicanos fue masiva- el ‘Tri’ de Miguel “Piojo” Herrera ahogó a Brasil en todos los sectores de la cancha e impidió durante la mayor parte de los 90 minutos la subida de sus laterales Marcelo y Daniel Alves, dejando al combinado local sin generación de juego ofensivo y dependiendo del genio individual de Neymar, bien controlado por Paul Aguilar.
Herrera apostó en tres zagueros -Moreno, Márquez y Rodríguez-, apoyados por los laterales Layún y Aguilar para neutralizar el ataque brasileño, que nuevamente se quedó con las ganas imponer vértigo desde el primer minuto.
México supo controlar a Brasil sin abandonar el ataque, basado principalmente en remates de distancia.
Con este resultado ambas selecciones siguen al mando del grupo A, con cuatro puntos cada una. Camerún y Croacia, derrotados en la primera jornada, jugarán el miércoles en Manaos.
La llave se cerrará el próximo lunes, con Brasil enfrentándose a Camerún en el Estadio Nacional Mané Garrincha de Brasilia (centro-oeste), mientras que México lo hará contra Croacia en el Arena Pernambuco de Recife (noreste).
Las del ‘Memo’
Poco pudo hacer Brasil en la primera mitad. Un primer intento vino con el ‘10’ auriverde, a los 10 del primer tiempo, invadiendo por la izquierda y centrando para Fred, que remató desviado. De cualquier forma estaba adelantado.
De resto, dos oportunidades de Brasil: un centro de Dani Alves que Neymar cabeceó al palo derecho y que Ochoa defendió con un manotazo espectacular que la sacó de atrás, a milímetros de la línea (25). Luego, poco antes del descanso (43), en un cobro de falta al área, Thiago Silva acomodó el balón con el pecho para Paulinho, pero remató al cuerpo de Ochoa.
A principios del segundo tiempo, un centro de Marcelo a Neymar, que dominó con el pecho y disparó con la zurda, y que de nuevo el guardameta defendió con el cuerpo.
Cuatro minutos antes de los 90 reglamentarios, Neymar cobró desde la lateral izquierda y Silva cabeceó con fuerza, para que Ochoa defendiera de puro reflejo, como los grandes.
De distancia
El partido arrancó también agresivo con muchas faltas en los primeros cinco minutos de juego.
México controló el mediocampo, pero poco pudo invadir también el área rival, apostando en remates fuertes a distancia. Héctor Herrera lanzó un misil (23) que se fue por encima, pero que obligó a Julio Cesar a dar un salto. A los 40, el volante José Vásquez hizo lo propio y finalizó desde fuera del área, bien cerca del palo. En el segundo tiempo, un nuevo intento de Vásquez se fue lejos y desviado.
Layún también intentó desde fuera, lo mismo que Marcelo, ambos sin éxito. El partido se jugaba en el mediocampo.
El partido se fue al descanso con el 0-0 en la pizarra. Luiz Felipe Scolari reemplazó en la segunda mitad a Ramires (que sustituyó al lesionado Hulk) por Bernard buscando más velocidad en el ataque. En los primeros minutos de la segunda mitad, el atacante con “alegría en las piernas” ganaba en velocidad a la zaga y centraba para Neymar, pero antes de que pudiera rematar, Moreno hizo el corte.
Después de allí volvió el sofoco. Brasil no conseguía organizarse en el campo y comenzaba a improvisar, mientras que México se acercaba cada vez más al arco, con Guardado también rematando desviado.
Con Jo en lugar de Fred, Brasil tomaba nuevo combustible y comenzaba a presionar otra vez con fuerza, pasando a dominar el partido.
Pero a cada ataque ahí estaba él, Guillermo Ochoa, convertido en una pared.