Hace diez años el Ministerio del Poder Popular para la Salud dio inicio a la obra de remodelación de los espacios del Ambulatorio Urbano tipo II Rafael Pereira, ubicado en el Barrio La Antena de Barquisimeto.
Las consultas, farmacia y demás actividades, fueron mudados de forma “provisional”, a una pequeña área adjunta al centro.
La espera se ha convertido en años sin que la obra se culmine y el ambulatorio se ha quedado pequeño para los más de dos mil pacientes que mensualmente reciben en consultas, inmunizaciones, curas y tratamientos.
Vecinos de la comunidad, denunciaron que este ambulatorio necesita con urgencia la entrega de los espacios, una obra que actualmente está a cargo de Corpolara.
“La obra está casi lista, sólo faltan detalles de construcción. Pero ha sido un proceso muy lento, siempre faltan materiales o recursos para culminar el espacio”, expresó María Pérez, vecina del sector.
En el ambulatorio Rafael Pereira, cuentan por los momentos con servicios de consulta en las especialidades de medicina general, pediatría, ginecobstetricia, con dos médicos generales, un médico integral comunitario. Sólo en consultas se reciben 1.300 pacientes.
Con la entrega del edificio remodelado, podrían comenzar a atender emergencias, con un área que dispondrá de tres cubículos para adultos y dos de menores, laboratorio para exámenes de sangre, un quirófano de cirugía menor, cuatro camas de recuperación, farmacia y servicio de rayos x.
Además, para cubrir todos estos nuevos servicios, han solicitado la contratación de mayor cantidad de personal médico, de enfermería y obrero.
“La comunidad necesita que este ambulatorio ofrezca mayores servicios. Ya no se da abasto para atender a todos los pacientes de la zona que abarca La Antena, Barrio Unión, La Vega, Siruma, San Antonio y otros sectores que vienen a ser tratados”.
En la actualidad, el ambulatorio se ha reducido a unos pequeños espacios para consulta, donde en oportunidades hasta dos médicos hacen sus funciones. Los pacientes deben esperar para hacer atendidos debido a la falta de consultorios y no pueden ofrecer más servicios por no tener más espacios.
También el personal se ha reducido, en vista del pequeño espacio y acortando la cantidad de pacientes. En años anteriores tenían hasta cuatro médicos comunitarios para realizar las visitas en la comunidad y en los hogares, ahora sólo tienen uno para todas las funciones.
La comunidad espera con ansias que el edificio de emergencia sea al fin completado y poder disponer de estos servicios.