La compra de alimentos es una necesidad impostergable para el consumidor venezolano y, desgraciadamente, son los alimentos precisamente los que han sufrido más variación en sus precios hacia el alza.
En este sentido, en una visita al Mercado Terepaima, uno de los principales centros de comercialización de alimentos perecederos en la ciudad, se logró constatar el dinero que debe destinar un consumidor promedio para satisfacer las necesidades dentro de su seno familiar. Aquellos que, por cualquier razón, no tienen acceso a los alimentos financiados por el Estado venezolano, deben disponer de hasta 5 mil bolívares quincenales para costear los diferentes insumos que llevan a su mesa.
De este dinero, las personas deben disponer de 100 bolívares para comprar un kilo de cebolla, 20 bs para un kilo de tomate, 60 en la compra de lechuga, 10 para comprar una mazorca de maíz, 50 bolívares si prefiere la cebolla en rama y 40 bolívares debe pagar por cada aguacate que se le antoje.
En el caso de las carnes, blancas y rojas, el consumidor debe disponer de 230 bolívares para un kilo de carne del corte lomito, 200 para el solomo, y 60 si prefiere la chuleta. Mientras que, un pollo entero alcanza los 50 bolívares, las milanesas que salgan de una pechuga de pollo son comercializadas en 130 bolívares, y la pechuga en 83.
Entretanto, las frutas son vendidas en los puestos del Terepaima en 50 bolívares para la parchita, 60 el kilo de fresas, 40 bs por unidad de manzana y 3 por 100 bs, mientras que los cambures guineo y manzano, son vendidos en 20 y 25 bolívares respectivamente. Sobre el queso, el kilo Churuguara se vende en 180 bs, mientras que el de Falcón, en 220 bolívares.
Por su parte Alexander Bravo, quien hacía su mercado en dicho establecimiento indicó que los precios están costosos. Y, aunque culpó a distribuidores y vendedores de los precios, explicó que la situación es igual en cualquier sitio al que ha acudido.
