Un cierre técnico fue declarado en las 24 instalaciones del Inces en el país. Los 987 cursos que se realizaban en las distintas especialidades como mecánica, construcción, agrícola, turismo, industrial, servicio y comercio fueron eliminados en el 2012 y le dieron paso a la creación de proyectos que llevaron a la decadencia a la institución.
Los talleres que eran usados para la capacitación de profesionales, de privados de libertad, de jóvenes y personas de la comunidad desocupadas están vacíos y las máquinas allí existentes están dañándose por falta de uso y mantenimiento.
Sixto Ruiz, miembro del Sindicato de Trabajadores del Inces (Sintrainces) ha indicado que la realización de los proyectos es bienvenida, pero los mismos directivos de los Inces han hecho un mal enfoque de los mismos, debido a que los formadores, ahora llamados maestros de pueblo son los que tienen que salir a las comunidades a buscar los proyectos e idearlos.
“Anteriormente los formadores alcanzaban los 500 y ahora si quedarán 72 son muchos, la mayoría se han ido por desilusión y cansancio. Cabe destacar que los que quedan están trabajando ad honoren, porque desde el mes de diciembre no les cancelan salario y es que ninguno pertenece a nómina fija, son tercerizados, violando así la Ley del Trabajo”.
Explica Ruiz que lo único que funciona actualmente es el Programa Nacional de Aprendizaje y el programa de formación delegada, funciona a medias, por lo que pueden decir que un 90% del Inces está paralizado en el área de formación.
Asimismo denunciaron que en el año 99 se inauguró una infraestructura para el área automotriz que en aquel tiempo se dotó con tecnología de punta y el mismo se convirtió en un “elefante blanco”, pues hasta el sol de hoy no se ha dictado ni el primer curso, nunca abrió sus puertas para la formación.
A pesar que desde el sindicato han dado algunas propuestas, los directivos han hecho caso omiso y no dan la cara de lo que allí está sucediendo.