El agua es vida, pero a los vecinos de la parroquia Aguedo Felipe Alvarado, el suministro del vital líquido no se cumple en beneficio de sus comunidades. Desde hace más de un mes, aproximadamente, es irregular el servicio hacia esa zona del municipio Iribarren. Exhortan a Hidrolara a objeto de que manden los cisternas necesarios para abastecer a toda la población.
Los caseríos más apartados, se encuentran en estado crítico; mensualmente surten a las localidades pequeñas y retiradas de Bobare, un largo tiempo que desmejora la calidad de vida de las personas. María Guédez, vecina, explica que deben sacar las “pipas” o recipientes hasta sus patios para esperar el agua de las lluvias.
“Hidrolara no nos atiende, creen que son suficientes los cisternas pero no es así. Nosotros debemos acudir hasta el llenadero Jacinto Lara, en la vía Quíbor, para solicitarle a los cisterneros el servicio. Los quehaceres del hogar son hechos con mucho sacrificio, a duras penas reservamos lo necesario para preparar las comidas y el aseo personal”, sostuvo.
Tampoco se normaliza el suministro en algunas comunidades del oeste de Barquisimeto, como ocurre en el barrio Los Ángeles, entre otros de la avenida Florencio Jiménez, quienes recibían agua todos los días hasta las 4:00 de la tarde y, pese a que finalizó el plan de racionamiento, no les llega agua como de costumbre.
Lamentan que, en lugar de mejorar el servicio, ahora disminuya la distribución de agua a las comunidades, especialmente, en los sectores marginados de la parroquia Juan de Villegas. El agua cuando viene, es con poca presión y nos cuesta llenar los recipientes; la hidrológica debería atendernos como corresponde porque necesitamos bañar a los niños, preparar la comida, entre otras cosas”, dijo Carmen Pineda del mencionado sector.
En el norte
Los habitantes del norte de Barquisimeto sufren también con la falta de agua; los residentes del barrio El Trompillo, parte Alta, se quejan de la poca presión que se mantiene en las tuberías; de los grifos reciben muy poca cantidad para cumplir con todos los oficios de la casa.
Mientras que en el sector Joel Sequera, ubicada en la misma zona, la situación se torna cada vez más crítica. “Sólo reciben agua las personas de las avenidas principales, a los demás nos llega un poquito de agua nada más”.
Así lo informó José Timaure, vecino afectado, quien además solicita una mejor atención en el mantenimiento de las redes de cloacas, obstruidas desde hace algunos meses.
Olores desagradables se sienten en buena parte de las cuadras del popular sector, causando una penosa insalubridad.
