Resultando de la suma entre exquisitos aromas, energizantes ritmos, paisajes encantadores e inigualable arquitectura, Colombia se posiciona como uno de los países más ricos e interesantes de Latinoamérica, ese que, repleto de gente cálida, servicial y respetuosa, invita a millones de turistas provenientes de diferentes partes del mundo que visitan este paraíso enclavado en la parte sur del continente de las oportunidades, seducidos por sus infinitas maravillas,.
Sin embargo, y aunque Colombia es un país popular, hay quienes ignoran la existencia de algunas de sus edificaciones más espectaculares, los retos arquitectónicos que representó la construcción de cada una de ellas y las tecnologías gracias a las cuales se convirtieron en auténticas obras de arte. Así que acompáñenos durante el recorrido por tan imponentes estructuras y déjese sorprender por la magia que las envuelve.
Castillo de San Felipe, Cartagena
Ubicado en la hermosa ciudad colonial de Cartagena de Indias y coronando el cerro San Lázaro, se encuentra el espectacular Castillo de San Felipe de Barajas, un fortín inexpugnable, sinónimo de poder y supremacía, una de las fortalezas más sofisticadas de todos los tiempos. Fue construido en 1536, durante la época de la colonia española y es tan espectacular, que en el año 1984 la UNESCO lo nombró patrimonio de la humanidad, alegando que “es el conjunto más completo de toda Sudamérica, una obra sobresaliente”. Además, hoy es considerado una de las 7 maravillas de Colombia, por ser una de las estructuras más grandes jamás construidas en tierras vecinas.
Su levantamiento estuvo a cargo de militares españoles y esclavos africanos y su estratégica ubicación respondía a las necesidades del ejército español de controlar el terreno y divisar, desde las alturas, la presencia de cualquier enemigo. Fue hecho con ladrillos y rocas, sus paredes internas son altas y extensas, mientras que las externas son oblicuas, para contrarrestar los ataques de los adversarios. Aún conserva el aljibe, sus 63 cañones originales, baterías, garitas de estilo renacentista, túneles subterráneos, plazuelas y cuartos especiales, en los que caben unas 300 personas aproximadamente.
Según cuenta la leyenda, en varias partes del castillo se utilizó sangre de animales y personas, pues por ser un líquido viscoso servía para labores propias de la construcción. Por otra parte, uno de las particularidades del castillo es su tecnológico sistema TGS (Tour Guide Systems), gracias al cual turistas nacionales e internacionales pueden conocer los detalles de la historia y riqueza cultural de este patrimonio del estado.
Santuario Nuestra Señora de las Lajas, Ipiales
Situado en el cañón del río Guáitara, en Ipiales, sobre la cima de un acantilado y muy cerca de la frontera con Ecuador, el Santuario de Las Lajas es una basílica para el culto cristiano católico, considerado una de las más importantes obras arquitectónicas de Colombia. La edificación actual, fue construida a principios del siglo XX, con la finalidad de sustituir una capilla original 200 años más antigua. Se trata de una iglesia de piedra gris y blanca neogótica, que está compuesta por tres naves erigidas sobre un puente de dos arcos que cruzan el río, uniéndola con el otro lado del cañón, una cripta de estilo romántico y tres torres externas que terminan en agujas decoradas.
Según cuenta Monseñor Justino Mejía y Mejía, historiador y antiguo capellán del santuario, la imagen de la Virgen del Rosario fue descubierta en 1754 por la indígena María Mueses y su pequeña hija Rosa, quienes, al ser sorprendidas por una tormenta, buscaron refugio a un lado del camino en los espacios formados por las inmensas lajas características de la zona, momento en el cual, para el asombro de la madre, la niña que hasta entonces se creía sordomuda le dijo “Mamita, la mestiza me llama”, señalando la pintura iluminada por los relámpagos.
En 1951, el Vaticano decretó la canonización de Nuestra Señora de las Lajas y, a partir de 1954, el santuario se convirtió en basílica menor. Treinta años después, fue declarado parte del patrimonio cultural del país. En el 2006, fue nombrado “Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional” y finalmente, un año más tarde, obtuvo el segundo lugar en el concurso del periódico “El Tiempo”, convirtiéndose así en una de las 7 maravillas de Colombia.
Catedral de Sal, Zipaquirá
La Catedral de Sal que se conoce en la hoy día, es en realidad la segunda en construirse, pues la primera, hecha en 1950 dentro de las minas de sal de Zipaquirá, área metropolitana de Bogotá, se fue volviendo inestable y peligrosa para los turistas con el paso del tiempo. Fue inaugurada en 1995 y es considerada como uno de los logros arquitectónicos y artísticos más notables del país. Actualmente, es uno de los sitios turísticos más visitados de Colombia y, aunque su nombre hace referencia a un templo religioso, es más bien una suerte de museo.
Los artífices de esta espectacular obra, son el arquitecto Roswell Garavito Pearl y el ingeniero Jorge Enrique Castelblanco Reyes, quienes hicieron de la catedral toda una joya de la arquitectura moderna, en cuyo interior hay una exquisita y nutrida colección artística, especialmente de esculturas de mármol y sal y un espacio cultural temático dedicado a la minería, la geología y los recursos naturales, aspecto que la hicieron merecedora del 1º lugar del concurso de “El Tiempo”, coronándose así como la primera maravilla de Colombia.
La Catedral, forma parte del complejo temático El Parque de la Sal y está dedicada a la Virgen del Rosario, Patrona de los mineros. Está conformada por tres secciones principales: El Viacrusis; la cúpula, la rampa de descenso y los balcones; y las naves, conteniendo la central de ellas la famosa cruz de 16 metros de altura que, iluminada desde la base, crea una sombra que simboliza a Jesús con los brazos extendidos y deja con la boca abierta a todos los turistas.
Biblioteca España, Medellín
El “Parque Biblioteca Pública España”, mejor conocido con el nombre de “Biblioteca España” es para muchos un verdadero milagro, un salvavidas que logró frenar en gran medida la violencia que reinaba en la comuna de Santo Domingo Savio, Medellín, al conectar esa zona deprimida con el resto de la ciudad. Es una mega construcción que forma parte de un grupo de proyectos urbanísticos y sociales, cuyo principal logro arquitectónico radica en el hecho de estar situada en la falda del Valle de Aburrá, lugar en el que los derrumbes y deslizamientos de tierra son bastante frecuentes.
Su construcción estuvo a cargo del laureado arquitecto Giancarlo Mazzanti y su propósito principal fue lograr una transformación cultural y social de la ciudad, así como desarrollar un espacio en cuyo interior se descontextualizara a los individuos y los ayudara a olvidarse por un rato de su entorno y situación de pobreza, al brindarles un ambiente cálido y seguro. Sin duda alguna, el lugar sobresale como un gigantesco conjunto de edificios – paisaje en forma de rocas que puede verse desde casi cualquier punto de la ciudad, al igual que la plataforma que los integra y convierte su cubierta en una plaza mirador con vistas al valle.
El conjunto está dividido en tres volúmenes, los cuales se subdividen a su vez en diferentes áreas, entre las que destacan una sala de ordenadores, salones de conferencias, charlas y exposiciones, cafetería, auditorio, biblioteca, ludoteca, tiendas, aulas para capacitación, gimnasio y anfiteatro al aire libre.