Con fecha 26 de marzo de este año, fue colgado en una cartelera del tercer piso del Edificio Nacional, sede de los tribunales locales, un aviso en que el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Lara, instruye a los abogados litigantes a dejar de publicar edictos, carteles de remate y citación, en EL IMPULSO.
La medida, se dice allí, es “temporal” y obedece, a la “carencia de papel” de este periódico, conforme nosotros mismos lo hemos dado a conocer. Esta crisis ante la falta de ese insumo fundamental, aduce el cartel respecto a EL IMPULSO, “podrá determinar su posible salida de circulación”.
En torno a la directriz en cuestión, debemos precisar algunos puntos. Primero, es cierto que como hemos señalado con absoluta transparencia y de manera sostenida, afrontamos problemas para adquirir papel, producto cuya importación y distribución en el mercado ha sido monopolizada por el Estado venezolano. Pero también es un hecho comunicacional que a través de estas páginas se ha dado cuenta de todos los esfuerzos, en algunos casos inauditos, que han sido realizados para garantizar la continuidad de este diario, 110 años después de su fundación.
Además, allí se insta a publicar edictos, carteles de remate y citación, en otros medios locales, y los cita, como si la “carencia de papel” fuese un mal exclusivo de EL IMPULSO. De hecho, los diarios a los cuales se ordena drenar la inserción de esos documentos también se han visto forzados a reducir su paginación.
Por último, deploramos que una decisión, evidentemente discriminatoria como esa, brote del Palacio donde todos los días se administra justicia, y se aplican normas constitucionales y legales que prohíben, expresamente, tratos diferenciados que favorezcan a unos, en desmedro de otros.
Más que por la publicación de esos edictos, protestamos la injusticia, que aguardamos sea subsanada cuanto antes. Es lo sensato. Es lo democrático. Es lo justo.