El presidente Evo Morales promocionará su liderazgo internacional con una costosa cumbre de mandatarios del G77+China en Bolivia que inicia el sábado con notables ausencias, y que ha suscitado críticas de la oposición boliviana por lo que consideran un derroche de fondos.
Hasta el sábado arribaron una docena de presidentes. El cubano Raúl Castro arribó por primera vez al país y se esperaba a los mandatarios José Mujica, de Uruguay; Rafael Correa, de Ecuador; Horacio Cartes, de Paraguay, y Salvador Sánchez Cerén de El Salvador.
De Africa arribaron Robert Mugabe, de Zimbabue; Teodoro Obiang, de Guinea Ecuatorial; Michael Sata, de Zambia; Jacaya Mrisho, de Tanzania, entre otros. De Asia llegaron Mahinda Rojapaksa, de Sri Lanka, y Abdul Hama, de Bangladesh.
En cambio, no estarán los presidentes del BRICS, el grupo de las principales economías emergentes integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Tampoco otros mandatarios sudamericanos como la chilena Michelle Bachelet.
China envió al vicepresidente de la Asamblea Popular Chen Zhua e Irán a su primer vicepresidente Eshaq Jahangiri.
Participarán delegaciones de 128 países de los 133 que integran el bloque, dijo el vicecanciller Juan Carlos Alurralde.
Bajo el lema: «Por un nuevo orden mundial para vivir bien», el G77 conmemorará sus 50 años y perfilará una propuesta base para una nueva agenda mundial de la ONU, dijo el vicepresidente boliviano Alvaro García.
El gobierno gastó 75 millones de dólares para organizar la más importante reunión multilateral en Bolivia; un despilfarro cuando hay necesidades urgentes, según han cuestionado líderes opositores.
El sábado horas antes de la inauguración brigadas de obreros limpiaban los escombros que dejó el temporal.
«Bolivia estará en los ojos del mundo», ha dicho Morales, quien es presidente pro témpore del grupo. El mandatario decretó feriado el viernes y sábado en Santa Cruz y dijo que buscará revitalizar el G77 que agrupa a dos tercios de los miembros de Naciones Unidas.