La caja de los truenos de Maradona se ha abierto y será difícil volver a cerrarla. Tras la orden de busca y captura internacional para que detengan a Rocío Oliva, su última novia, por ladrona, la joven de 23 años salió a contar los secretos que hasta ahora guardaba bajo siete llaves.
Según ella, el «Pelusa» le «pegaba», «bebía sin parar» y mantiene una relación con un hombre, Alejo Clérici, que sirvió de detonante para que ella estallara y rompiera el compromiso de matrimonio. El ex director técnico de la selección argentina desmintió las acusaciones de «esa chica» de la que terminó reconociendo: «Sigo enamorado».
El libro de Maradona parece estar escrito con tinta de todos los colores. Aún no termina de encajar el plantón que le dio Oliva. La «gota que rebalsó», en palabras de la joven, su paciencia fue la orden de Interpol cuando, según ella, no le robó nada.
El proceso de ruptura de la pareja arrancó la misma noche que celebraban una fiesta para anunciar su compromiso. Fue el 14 de febrero, cuando Maradona «se encerró en el baño con Alejo», un amigo al «que ha puesto en sueldo de no sé de qué», relató Oliva en «El diario de Mariana», un programa de televisión de «chimentos» (cotilleos).
La muchacha aseguró que fue detrás y oyó cómo Alejo proponía realizarle una felación a Maradona, aunque en ningún momento utiliza esa expresión. La sorpresa de la presentadora del espacio fue tal que le pidieron que se ratificara sobre la presunta relación homosexual y Rocío Oliva respondió. «Me consta… La secretaria (de Maradona) sabía».
La revelación se produjo en el marco de una confesión que dejó casi sin palabras al plató de televisión. «Diego me pegó varias veces… Diego te pega piñas (puñetazos) como si estuviera peleando con un tipo (hombre)… Me pegó en el día de mi compromiso». Las declaraciones de Oliva llegaron con una advertencia: «Me he sacado fotos golpeada para tener pruebas. Diego sabe que tengo esas fotos y por eso me tiró, fácil, quince teléfonos contra la pared».
El «Pelusa» saltó como un resorte al enterarse de las palabras de Oliva y desde Brasil atajó en un programa de radio: «Si no me gustaron los hombres a los 20, imagínate a los 53». «En veinte años de relación -siguió- con Claudia (ViIlafañe) no le levanté un dedo. En ocho años con Verónica (Ojeda) no le levanté un dedo… Porque no se lo levanté a mi vieja (madre). Porque para mí la mujer es sagrada. Que no busque más artimañas». En una larga charla dijo: «Hoy siento un gran amor por Rocío, pero es más fuerte el hecho de que me haya robado». Y reconoció: «Le di la posibilidad de volver y hace tres meses que está de vacaciones en Argentina. Pero, a pesar de todo, Rocío es fantástica. Hasta el día de hoy sigo enamorado, pero el tiempo todo lo cura».