Goles son amores y Neymar, en el primer juego de su carrera en una Copa del Mundo a nivel de mayores, sabía que no había mejor forma de decretar la fiesta en su país que con tres puntos y su aporte en el ataque, por lo que supo ser profeta en su tierra y encaminar, con dos tantos, la victoria de Brasil ante Croacia, 3-1, en el estadio Itaquerao de Sao Paulo.
Croacia sorprendió temprano con ímpetu y un mediocampo que se anticipaba incisivo. No por poco, se adelantó al minuto 11 con el autogol de Marcelo, pero los nervios y la ansiedad de los amazónicos desaparecieron cuando Neymar, al 29, empató con un remate sin fuerza pero bien colocado y, luego, al 71, al cobrar un polémico penalti de forma efectiva. Óscar completó el carnaval al terminar un contragolpe con un remate de puntapié, en el 90+1.
Protestas e inauguración aparte, el dulce sabor de la victoria hace soñar con la sexta a los anfitriones.