Marcelino Bisbal, miembro de la Asociación Venezolana de Investigadores de la Comunicación, y de la Asociación Internacional de Investigadores de la Comunicación, se pronunció por los recientes anuncios en diversos medios, en los cuales se produjo el despido de trabajadores y colaboradores de tendencia opositora al Gobierno nacional.
En este sentido, Bisbal comentó que “no es una novedad”, debido a los precedentes registrados en el pasado reciente, refiriéndose a la compra de canales de televisión por parte de personas cercanas al Gobierno, la compra de los medios impresos pertenecientes a la Cadena Capriles, y al retiro de la columna del economista José Guerra en Últimas Noticias, debido a un artículo donde criticó la gestión de Nelson Merentes al frente del Banco Central de Venezuela.
Sobre la salida del aire de Luis Chataing, con su programa en la cadena Televen, Bisbal indicó que el Gobierno del actual presidente, Nicolás Maduro, ha demostrado el cierre del flujo de información desde que el 14 de abril del 2013, asumió las riendas del país. “No sólo lo hace Maduro, también lo hizo Chávez (Hugo) en su momento. Son Gobiernos que le tienen un profundo miedo a los medios de comunicación, porque evidencian la incapacidad y corrupción”.
En virtud de esto, el especialista señaló que el flujo de información se ha trasladado a las nuevas herramientas que se hallan en el Internet. Sin embargo, señaló la intención que tiene el Gobierno nacional de controlar dichas herramientas, “a raíz de los sucesos del 12 de febrero (2014), en un mes, cerraron entre 400 a 500 páginas web de los servidores”. Recordó que es la empresa estatal Cantv, quien controla el flujo de información de la red virtual con 80 a 85% del total transmitido.
Visión sociológica
Por su parte, Carlos Raúl Hernández, sociólogo y docente universitario, indicó que el Gobierno nacional se ha propuesto desde hace mucho tiempo, tener «la hegemonía comunicacional». En este sentido, además de doblegar a medios de comunicación impresos o audiovisuales a través de la compra, también ha supuesto la autocensura de los mismos mediante la acción «feroz» de organismos públicos como el Seniat y Conatel, «le hacen la vida imposible hasta doblegar su bandera», sentenció.
Según Hernández, la razón de este comportamiento por parte del Gobierno responde al planteamiento revolucionario según el cual, cualquiera que adversa al proceso se convierte en el enemigo. «Cualquiera que dé a conocer la realidad del país, que exprese su opinión sobre la crisis, lo considera como parte de la guerra mediática».
Sin embargo, para el sociólogo, quien ostenta el poder «está luchando con una tendencia mundial», en referencia a los medios de comunicación no tradicionales o aquellos mensajes que se difunden por las herramientas del Internet. «Ellos no van a lograr silenciar a la opinión pública, al menos que decidan sacar a Venezuela de Internet», dijo, aunque desestimó la idea por los costos económicos y el deterioro de la imagen a nivel internacional que esto representaría.
Sobre la falta de información y el cierre de programas de opinión, señaló que dichos fenómenos (la información y la opinión) son la esencia de la sociedad actual.
