Desde que Chávez pasó un día frente a los galpones de la Polar en Barquisimeto y juró expropiarlos, el oficialismo ha mantenido en total incertidumbre a miles de trabajadores hoy dependientes de una de las zonas industriales más antiguas y mejor planificadas del país. Aunque Chávez ya no está y la Polar sigue allí, el eco de esa caprichosa orden sigue retumbando, al punto que ahora los concejales del PSUV pretenden aprobar ilegalmente una reforma del PDUL que elimina las zonas industriales para convertirlas en zonas residenciales.
Por más estúpido que parezca, el partido de Gobierno insiste en atacar a la industria nacional en medio de la crisis económica más aguda de nuestra historia. En un país donde el principal problema es que no se consigue nada porque no se produce nada, la respuesta de unos concejales es eliminar dos de las zonas industriales de Barquisimeto, con las consecuencias de desempleo que eso acarrea. Bárbaro. En vez de estar dándoles créditos, estímulos y divisas a quienes tienen ya capacidad instalada para que produzcan bienes y generen puestos de trabajo, insisten en repetir el error que generó la crisis ahuyentando nuevamente la inversión. No es que los industriales se van a mudar como si tuvieran una casa rodante, lo que va a pasar es que van a cerrar las fábricas para beneficio solo de la inflación, la escasez, el desempleo y la delincuencia.
Igualmente es mentira que las viviendas van a aparecer por obra y gracia de la voluntad divina. Ahí están todavía los terrenos vacíos afectados con el decreto presidencial de AVIVIR en los que no se construyó ni un metro cuadrado de vivienda. Y es que el problema de la vivienda no es de terrenos sino de escasez de materiales y de ineficiencia del Gobierno en la construcción de las mismas. ¿Cuántas invasiones y asentamientos no hay en Barquisimeto que tienen años esperando la construcción de sus viviendas y el urbanismo debido? Acabar con las zonas industriales en ningún caso resuelve el problema de la vivienda y al contrario, genera otros problemas gravísimos. Sólo la ignorancia más osada puede hacer este planteamiento.
Desde nuestra Dirección de Planificación Urbana se ha tratado de instruir a los concejales advirtiendo que no puede reformarse el PDUL sin un estudio previo inexistente actualmente. La supuesta consulta que se lleva en este momento es pura pantomima. Lo que pretenden hacer es una ilegalidad y una irresponsabilidad sin precedentes. Lo insólito es que en medio del colapso del modelo socialista con cifras contundentes como el aumento de la pobreza en el último año, lejos de rectificar se busca profundizar el error. Por nuestro lado defenderemos el derecho al trabajo de los barquisimetanos, la legalidad y la planificación urbana. Están a tiempo de hacer las cosas bien y de remitir a DPCU el proyecto de reforma de PDUL para hacer los estudios correspondientes por el bien la ciudad y sus habitantes.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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