Recientemente en una entrevista una reconocida escritora venezolana dejó flotando la incógnita si lo que actualmente estaba viviendo el país era realmente una crisis. Por otro lado, en una reunión que realizó el Gobernador del Zulia con los empresarios habló de “convertir las crisis en oportunidades”. Más allá del grado de profundidad con el que se perciban los acontecimientos actuales en el país, los mismos serán oportunidades de cambio (y por lo tanto crisis en los términos que lo plantea Manuel Caballero) en la medida que las cosas se empiecen a hacer de manera distinta.
Algo dejó de funcionar (o nunca funcionó) en la llamada IV República que Venezuela pasó de ser un modelo de desarrollo a un país sumido en una crisis latente durante los últimos años del siglo XX. Algo no ha terminado de funcionar en la llamada V República hasta el punto que su principal impulsor llegó a reconocer la necesidad de “revisar, rectificar y reimpulsar”. Hoy, en medio de una tensión política y social, el gobierno asoma indicios de revisión y rectificación en el plano económico, con el claro objetivo de reimpulsar el aparato productivo.
Desde algunos sectores se ha dado un paso al frente para sentarse en la mesa, en especial los sectores económicos. Esta disposición a dialogar ha sido todavía un tanto cautelosa, probablemente guiada por la necesidad de resolver problemas inmediatos por parte del sector empresarial, y con la intención de reactivar una economía trancada por parte del gobierno. Así, el primer acercamiento pudiera estarse dando por algo menos utópico como la “reconciliación de todos los venezolanos” y más pragmático como la necesidad de reflotar la economía.
Lo que haría más interesante el contexto descrito es aprovechar el estado crítico en que se encuentra el aparato productivo nacional para revisar el modelo económico de fondo que se viene arrastrando desde inicios del siglo XX, en el que el petróleo ha sido el protagonista de todo (lo positivo y lo negativo). No se trata que éste vaya a perder su rol protagónico, sino replantear el rol económico, social, político, e inclusive cultural, que juega en la realidad venezolana.
Diego Lombardi
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