El cine Rialto

Un sabio y respetado maestro de la vida, Félix Traviezo y una joven y romántica periodista, Liz Gazcón, montaron en pleno a todos los concejales de Iribarren en una máquina del tiempo y los retrocedieron al sosiego urbano de la Barquisimeto de los años sesenta cuando ir al Cine Rialto era un paseo divertido y gratificante al centro urbano de una ciudad amable donde los crepúsculos y las serenatas acunaban los sueños de progreso que despuntaban con el florecimiento de su zona industrial.
De esta manera el Consejo Comunal del Centro y el diario EL IMPULSO, aferrados a esta sala cinematográfica para no dejar escapar la memoria de una ciudad que gradualmente se desvanece en las marejadas de lo tumultuoso y anarquico, lograron el consenso absoluto de la Cámara Edilicia en torno a la preservación de esta infraestructura como parte del patrimonio cultural de la capital larense.
Ahora bien, esta hermosa iniciativa para concretarse en éxito cultural y arquitectónico requiere además del soporte legal que le ha dado el Concejo Municipal de Iribarren, apalancarse en actos administrativos mediante los cuales se destine presupuesto para la compra del Cine Rialto, su reconstrucción y posteriormente su mantenimiento. Porque nadie puede pensar que esta sala pueda ser rehabilitada como un cine comercial. Su supervivencia depende, entonces, de su funcionamiento como una instalación cultural adscrita al gobierno, bien sea nacional, regional o municipal.
Para hacer realidad este proyecto de rescate es obligante el concurso de las fuerzas vivas de Barquisimeto y para este llamado y convocatoria la ruta se inicia con buen pie ya que El Impulso, Decano de la Prensa Nacional y Félix Traviezo, uno de los lideres mas importantes de la Red de Instituciones Larenses, han tomado su rescate como una bandera de lucha civica. Además cuenta con el decidido apoyo de la concejal Milagros Gómez de Blavia, la gran promotora de Barquisimeto durante las últimas décadas. Naguará.