Como Jerry Gabriel Guédez Peraza, de 18 años, fue identificado el cadáver hallado en medio de una zona boscosa detrás de la cancha deportiva del barrio Ruiz Pineda 2, al oeste de Barquisimeto.
Una mujer que pasaba por el lugar vio el cadáver del joven tirado sobre una colchoneta azul, al lado de un árbol, lugar donde residía desde el pasado 17 de abril que cumplió la mayoría de edad y decidió irse de su casa.
“Él sabía lo que iba a pasar porque ni siquiera nos visitaba ya en la casa para no comprometernos. Siempre nos decía eso. Estábamos resignados”, comentó Miriam López García, abuela de la víctima.
Hasta hace poco vivió en Quíbor junto a la mamá, pero como se había ido a trabajar para el estado Guárico, él regresó con los amigos, “tenía muy malas juntas”.
La mujer en medio de la tristeza comentó que su nieto estuvo privado de libertad durante un año en el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, conocido como el retén de El Mazano por el delito de robo, “hace año y medio salió. Había mejorado su conducta e iba a trabajar con el padre, pero la adicción pudo más”.
Se conoció que en el sitio del suceso, Gaby, como le decían al occiso, se la pasaba junto a un grupo grande de hombres consumiendo sustancias estupefacientes y sicotrópicas, aseguró López García.
“No nos dejaba venir, cuando quería comida me mandaba a decir. Sólo nos comunicábamos por teléfono, pues tenía mucho tiempo sin verlo”.
La abuela de Guédez Peraza dijo que en muchas oportunidades hablaron con él para llevarlo a un centro de rehabilitación y abandonara el vicio, “pero nos contestaba que ya estaba muy metido en ese mundo y no saldría”.
“El que vino a cometer el crimen era para eso, porque mi nieto estaba dormido y le dieron un sólo tiro. Eso fue por ‘culebras’ pendientes como ellos lo llaman”.
Para ella, la tristeza y soledad lo llevaron a caer en el mundo de las drogas.
Alrededor del cadáver estaban unas botellas, cajas y chapas de cervezas regadas, además de implementos donde cocinaban.
Al parecer lo robaron, pues no tenía el celular con el que se comunicaba con los familiares ni el dinero.
El joven era el mayor de cuatro hermanos y su pareja queda embarazada de siete meses.
Esta no es la primera vez que asesinan a un miembro de la familia, pues hace seis años, ultimaron a Freddy José Durán, en medio de un enfrentamiento en Los Colerientos; era funcionario de Polilara.