Las imágenes de la brutal golpiza que sufrió Marvinia Jiménez a manos de una funcionaria de la Guardia Nacional Bolivariana en el sector La Isabelica de Valencia, inundaron las redes sociales al punto de producir muestras de indignación y de repudio hacia el componente militar en todo el mundo.
No obstante, pese a la salvaje agresión que padeció y de la que aún conserva signos de dolor, a Marvinia no le gusta el calificativo de víctima.
En su visita a Barquisimeto con motivo de la conformación del Comité de Víctimas contra la Represión y la Tortura, manifestó que prefiere autodenominarse “protestante fortalecida”.
Ese 27 de febrero cambió su vida para siempre. “No puedo ejercer como antes mi oficio de modista y eso me lleva a tener una situación económica precaria. Sin embargo, me siento fortalecida en mi dignidad y mis ganas de luchar por Venezuela. Lo único que me derrumba es ver a mi hijo haciéndome preguntas”.
“’¿Si tú no eres malandra por qué te golpearon, por qué te llevaron presa? Mamá, tú no eres mala’. Tener que explicarle eso a un niño de siete años no es fácil”, expresó.
Reveló que antes de sufrir la agresión, ya padecía una discapacidad motriz. “No puedo mover la parte izquierda del cuerpo con la misma libertad que la parte derecha, y además tengo una pierna más delgada que la otra. Todas estas afecciones se acentuaron luego de la golpiza que recibí”.
“Ya yo no viajo con mi hijo, ahora todo su esparcimiento es con su papá, porque siento que conmigo va a correr peligro”.
Jiménez relató que, pese a que se mudó de su vivienda hacia otro sector dentro de la misma comunidad de La Isabelica, aún se siente perseguida y hostigada, tanto por los cuerpos de seguridad como por integrantes de presuntos “colectivos” oficialistas.
“La Isabelica está indefensa. Por cuestiones de planimetría la urbanización tiene muchas entradas que facilitan el acceso de los colectivos, Policarabobo y la GNB. Sin embargo, nos hemos organizado en asambleas de ciudadanos, llevando un registro de las víctimas de represión, detenciones arbitrarias y allanamientos.
Prueba de que los colectivos actúan con total premeditación y alevosía, es que antes de dirigirse a las manifestaciones pasan por donde estoy viviendo ahora y me dejan un ‘mensajito’, consistente en gritos, amenazas y tiros al aire”, apuntó.
No obstante, asegura que nada logra amedrentarla ni hacerla abandonar su lucha. “Si la intención del Gobierno con sus amenazas y represión es callar la voz de protesta, con Marvinia Jiménez no lo van a lograr”, subrayó.
“Cada uno de nosotros quisiera ser la última víctima de tratos crueles, pero lamentablemente fui una de las primeras. Veo con dolor que de mí son muchos los ciudadanos decentes que resultan reprimidos por el hecho de ejercer su derecho a la protesta”, dijo.
En tal sentido, exhortó a las víctimas “a que denuncien ante el Ministerio Público todas las agresiones. Allá ellos si investigan o no, pero nosotros tenemos un aval que nos permitirá llevar un registro documental y la justicia tarde o temprano llegará”.