Casi tres años después de haberse iniciado la construcción de la nueva sede de la escuela Hermanas Jiménez, la más tradicional de Duaca, docentes y alumnos continúan deambulando de un lado a otro, en espacios improvisados cedidos por particulares, para no suspender las clases.
Son más de 4 mil alumnos de preescolar, primaria y media que están concluyendo otro año distribuidos en diez casas familiares o locales utilizados como salones de clases.
“Ya estamos cansados de andar del timbo al tambo, en espacios inadecuados, por las demoras en la construcción de la nueva edificación”, expresó la profesora María Aponte, directora de primaria, durante una asamblea masiva celebrada este martes.
Lo hicieron en el antiguo matadero de Duaca, en el sector Calle Nueva, transformado en salón de clases.
Allí recordaron que el presidente Chávez dio plazo a FEDE y a la oficina técnica Santa Elena de 18 meses para ejecutar la obra consistente en cinco módulos, el que no cumplió.
“Esa constructora se burló de todos nosotros pues desapareció de la noche a la mañana y la contraloría no le aplicó las sanciones que le correspondían”, afirmó Baltazar.
El contrato con FEDE fue por 36 millones 877 mil 476,14 bolívares, ignorándose si la constructora rindió cuentas por la inversión.
Recordaron la visita que les hizo un viceministro de educación y les prometió la estructura terminada para el 31 de octubre.
“Pero no dijo de cuál año”, se escuchó a alguien.
Este martes, después de la asamblea, representantes y docentes se trasladaron al sitio de la obras y pudieron constatar el retardo en la misma y que apenas cinco obreros estaban laborando.
El desarrollo de la construcción está ahora a cargo del Grupo Gaiga 777 C.A. pero la comunidad educativa de la escuela más tradicional de Duaca no cree que la nueva sede pueda estar lista para el próximo año escolar, pese a haberse recortado el proyecto en cuanto a la cantidad de módulos y aun cuando el supervisor, ingeniero Luis Piña, la garantiza para el 31 de octubre.
Si eso no ocurre no podrán comenzar el nuevo período de clases pues los dueños de algunos de los espacios utilizados últimamente como salones los están pidiendo.
Ese es el caso de Delia Mendoza, quien cedió su casa sólo por tres años que ya se cumplieron, y la iglesia evangélica Canaan, también por el mismo tiempo.
“Tendremos que llevarnos los pupitres y pizarrones para la plaza Bolívar para que los muchachos no pierdan tiempo”, dijo una de las representantes.
Otra propuso no reiniciar actividades hasta tanto no dispongan de la nueva sede.
“Ya estamos cansados de que nos estén engañando como niños; de ahora en adelante vamos a hacer presión para que en Caracas sepan lo que está pasando con nuestra escuela”, expresó otra.
Luego de varias intervenciones por parte de representantes y docentes se acordó tomar medidas más enérgicas y mañana jueves protestarán cerrando la carretera hacia Barquisimeto para presionar al aceleramiento de los trabajos con la contratación de más obreros por parte de la nueva constructora.